Leyes y desregulaciones que castigan a los pueblos y abusan al planeta

Importantes reuniones globales en Roma (G-20) y en Glasgow (Cumbre sobre Medio Ambiente); mientras tanto, millones de seres en la pobreza e indigencia buscando como sobrevivir cada día y cada noche. ¿Habrá un mundo liberado de codiciosos y egoístas? Más allá depequeñas aunque dolorosas mezquindades, espantan aquellos que matan con sus decisiones, que pueden sacrificar países, vecinos y aún familia si con ello lograsen aumentar su tasa de ganancia. Tantas veces nos hemos preguntado por qué siguen sembrando sufrimientos, inequidades, sin límites y nunca pensando que ya es demasiada su maldad, su avaricia existencial. Las respuestas son múltiples, unas sesudas, otras sin desenmascarar lo encubierto. Y siguen enfermándose los desnutridos, muriendo los indefensos, llenándose las cárceles de ladrones de gallina casi sin grandes canallas.

Con inigualable cinismo han impuesto leyes y desregulado controles para transformar en “legales” sus tropelías. Han abusado del mundo y del planeta, hoy siguen castigando a los pueblos y golpeando como imbéciles al planeta del que depende la sobrevivencia de la humanidad y la naturaleza tal como la conocemos. Otras leyes por favor, que protejan a los mansos pisoteados, que cuiden a los vulnerables, que promuevan los afectos solidarios. Y otras regulaciones para contener a las jaurías, para preservar la paz y la colaboración al interior de los países y en el incierto tablero geopolítico.        

No alarman los desafíos. Para encararlos estamos, generación tras generación, desde siempre y también hoy.

Cordial saludo,

Los Editores

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