Esclarecimiento y paz

¡Cómo no comprender la frustración y el furor que sienten miles de millones de personas sobreviviendo en la pobreza, la indigencia, el olvido, la indiferencia de los demás! Más duro cuando conocen la indignante opulencia de unos pocos que acumulan despiadadamente la riqueza del mundo y se aseguran (creen ellos) impunidad por lo que hacen. Crece más y más una inadmisible situación de dolor y oprobio.

Opciones para superar esta temible encerrona no faltan. La más peligrosa es aquella cegada en venganzas y violencias. Muestra la historia que las violencias abren compuertas para mayores violencias. Es que quienes se aferran a sus privilegios no sólo controlan fuerzas represivas sino también utilizan como carne de cañón a sociedades fragmentadas con engaños o sobornos; enfrentan pobres contra pobres, pueblo contra pueblo. Aún si la violencia obtuviese logros inmediatos, es alto el riesgo que terminen siendo efímeros. Sumemos también que no faltan oportunistas infiltrados en causas populares tan sólo buscando erigirse en nuevos dominadores.

Nadie posee por sí solo la verdad que explica y guía, tampoco quienes escribimos estas líneas. Esa verdad convertida en utopía referencial y más aún las estrategias para desmontar los sometimientos son construcciones colectivas, siempre singulares sustentadas en las circunstancias históricas y presentes que atraviesa cada nación, cada comunidad. Pero vale destacar lo crucial que es avanzar en esclarecimiento para comprender cabalmente lo que sucede y porqué sucede de tal forma. Esto orienta, permite reconocer hermandades e intereses que pueden complementarse, ser alineados. Junto con el esclarecimiento emergen valiosos senderos de paz, que nada tiene que ver con miedos o cobardías. Destruir alocadamente no lleva a construir una sociedad basada en la equidad y el respeto a los demás, con espacios donde las mayorías se encuentren y prevalezcan.

Paz no implica ingenuidades ni erradas direcciones. Por el contrario, la conjunción de esclarecimiento y paz robustece con firmeza los esfuerzos para superar sometimientos.  

Cordial saludo,

Los Editores          

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *