En Occidente, la soberanía de los países está sometida a los designios de poderosos actores globales que operan por sobre las fronteras nacionales. Se han erigido en timoneles de trayectorias que sólo a ellos y a sus cómplices favorece, mientras que enormes mayorías poblacionales y la seguridad ambiental son duramente afectados. Su incontenible dinámica expansiva les lleva incluso a incursionar en mercados de países como China, Rusia, India, entre otros, con mayor capacidad política de resistir su asedio.
Lo innegable es que la trayectoria impuesta al mundo se ha tornado social y ambientalmente insostenible. Sin embargo, a pesar de la dura reacción del planeta y del aplastamiento de enteras naciones, mantiene su rumbo suicida. ¿Cómo harán los pueblos del mundo para cambiar el rumbo global?
Hay muchos intereses en juego que será necesario alinear. De otra forma es difícil conformar un poder transformador. Los esfuerzos de esclarecimiento y de organización social y geopolítica son imprescindibles para construir coaliciones inclusivas. Ningún país aislado, ningún grupo social podrá “salvarse” por su cuenta. Más que salvarse, hoy la épica va hacia construir un mejor mundo para todos. Nada sencillo, todo complejo pero puede, debiera lograrse. Toca buscar esos encuentros, sumarse a esa epopeya.
Cordial saludo,
Los Editores