Por qué debiera sorprendernos que muchos pueblos elijan esperpentos para ser conducidos. Esos personajes surgen por muy diversas circunstancias pero siempre con el apoyo financiero de algún segmento del poder económico.
Uno preguntaría por qué lo apoyan y la principal razón es que, en principio, son manejables por el poder económico para continuar acumulando riqueza y privilegios. Con un agregado, el poder económico custodia celosamente a quienes, eventualmente, soñaran en ejercer realmente por su cuenta el liderazgo al que accedieron. El reaseguro que se guarda el poder económico es que los esperpentos que escogieron como nuevo liderazgo carecen de las condiciones para fraguar una rebeldía contra sus mandantes y, por tanto, son descartables cuando ellos lo consideren necesario.
Lo dramático que demuestra la calaña de quienes dominan es que para asegurar sus privilegios están dispuestos a destrozar sociedades. Vemos como siembran discordias, enemistades y odios, cómo desunen comunidades, como inyectan desconfianzas y rencores para bloquear la unidad de quienes son victimizados. Si acaso algo saliese fuera del curso escogido por el poder económico, acuden a la represión, a arrinconar voces disidentes.
Ante esto, solo cabe desenmascarar la operación de inventar nuevos ficticios liderazgos, identificar los intereses que desean preservar y sus maniobras divisionistas. Esto es, expandir el esclarecimiento acerca de lo que sucede y trabajar con firmeza en la organización de coaliciones democráticas capaces de hacer frente al poder concentrado. Orientarnos como sociedad a abrir senderos de equidad y paz social, de cuidar el bienestar de todos y al planeta que nos cobija.
Cordial saludo,
Los Editores