Culmina un año; comienza otro. El arroyo de la vida sigue fluyendo sin prestar atención a los calendarios de los humanos. Y sin embargo, habiendo devorado tanta alienación, momentos de reflexión son necesarios para apreciar cómo nos sentimos y hacia dónde caminamos.
Quienes han partido nos han recordado de la fragilidad del existir y la mirada de quienes han sufrido, acompañados o en soledad, reforzaron nuestra templanza y determinación para seguir buscando significación y sentido.
Hemos escogido construir, no antagonizar por mezquindades, cuidar y ser cuidados, trabajar para superar inequidades, esforzarnos por comprender cómo suceden las cosas, dar la mano y poner el hombro. Hemos adoptado un mandato que nadie nos impuso; lo hemos escogido desde nuestra libertad individual y social; no somos voceros de nadie que tenga voz para expresarse; pero nos hemos propuesto abatir injustos privilegios y sumarnos a todos los miles de millones que anhelamos un mundo mejor, protegiendo nuestro planeta y a quienes lo habitamos.
Sentimos la responsabilidad de desentrañar y desenmascarar; de adoptar utopías que nos enaltezcan; amamos la justicia y a los justos, a las personas de bien, a la pacha mama y a todas las naciones sin discriminación. Quisiéramos que se descargasen todas las armas y violencias de nuestras mochilas y que lo oprobioso dejase su espacio a la compasión, a la sabiduría y reflexión, a la camaradería, a una plena y sentida amistad.
Por ahí pasa nuestra utopía referencial y con eso en mente seguiremos produciendo Opinión Sur en este año que comienza.
Buen 2012 para todos.
Los Editores
Opinion Sur



