Predomina en estos tiempos una forma de gobernar que entrona los intereses de cerradas élites a costa del resto, que promueve egoísmo en lugar de solidaridad, que oculta lo significativo y endiosa la banalidad. De ahí que necesiten gobernar con el engaño, la mentira y la falsedad.
No es una restricción económica la que impide escoger un mejor rumbo global y local sino el poder de imponer otro destino que detentan grupos poderosos embarrados en la locura de maximizar sus ganancias a cualquier costo social y ambiental. Es un rumbo a cambiar, para bien de la humanidad y del cuidado del propio planeta. Edición tras edición, Opinión Sur suma sus artículos a ese esfuerzo.
Cordial saludo.
Los Editores