La pandemia y su secuelas de sufrimiento son una lección para una sociedad que hasta hace poco prefería la amnesia y atontar los albedríos. Es tiempo de unión de pueblos castigados, de crecer en esclarecimiento y organización. Para salir fortalecidos de esta crisis que agobia habrá que reforzar la determinación y explorar nuevos senderos, mejores trayectorias. En este número sumamos un análisis sobre el costo social y económico de ignorar la tremenda situación que prima en casi todas las cárceles de la región.
Nos preguntamos si sabremos encarar con habilidad y sabiduría estos desafíos.
Cordial saludo,
Los Editores