Retraimiento de los países

Después de largas décadas de una globalización asentada en la liberalización de mercados y fuerte reducción de regulaciones emerge un notorio cambio de tendencia. Vistas las consecuencias de esa globalización y comenzando por los países centrales, los gobiernos se sacuden de ideologías que ya no sirven a sus intereses y vuelven a regular las relaciones internacionales para proteger a sus economías. Esto es, se retraen de las aperturas, cierran ciertas compuertas, cuidan sus empresas, seleccionan lo que importan y de quienes importan; también restringen la exportación de productos estratégicos. Ya no más los mercados como timoneles absolutos, aportan lo suyo pero bajo el paraguas normativo que fijan los gobiernos. Primero lo propio, después los demás.

Como suele históricamente ocurrir, mientras los países centrales cambian de rumbo y adaptan sus formas de funcionar a nuevas circunstancias, los países no centrales tardan tiempo en reaccionar y siguen en una dinámica que terminará asfixiándolos. Se abre otro nuevo enorme desafío, que se expresa como económico pero con raíces en las nuevas ideologías que remarcan el funcionamiento global. Un diferente proceso que cubre desde lo global hasta los diferentes desarrollos nacionales. El nuevo rumbo no es cerrarse al mundo sino accionar económica y culturalmente sin dejar a nadie atrás, cuidando nuestros pueblos, nuestros trabajadores, nuestras industrias, nuestro campo, nuestras pequeñas y medianas empresas, la movilización productiva de la entera economía popular.

Cordial saludo,

Los Editores        

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