Cuando el mundo enfrenta graves encerronas geopolíticas y de los desarrollos nacionales, cuando priman desalientos y desesperanzas, cuando se castiga a enormes mayorías abandonadas a sobrevivir como puedan, no sirve plantear restauraciones. Como si retornando a respuestas pasadas se pudiera evitar regresar a las circunstancias que fueron las que posibilitaron las recurrentes crisis, los sometimientos, los tremendos desencuentros. Hoy emerge una geopolítica multipolar regada con múltiples tensiones y un desarrollo global crucificado en un desaforado proceso de concentración de la riqueza y el poder decisional. Son tremendos desafíos que exigen nuevas no viejas respuestas.
Toca explorar otros rumbos, más promisorios senderos, munidos de responsabilidad, prudencia, creatividad, determinación. Vamos hacia un futuro que cambia al acercarnos.
Para orientar la marcha habrá que contar con utopías que jerarquicen la paz, la seguridad de todos, la equidad, con justicia y medios verdaderamente independientes. Nuevos ordenamientos soberanos, sin tutelajes ni opresiones, conscientes que nunca ha sido sencillo abandonar cauces hegemónicos.
Es una búsqueda de construcciones colectivas, sin iluminados ni encubrimientos. Desde el seno de diversidades y singularidades bienvenidas esas utopías referenciales.
Cordial saludo,
Los Editores