Se presentan las Conclusiones de un texto mayor focalizado en gravar la riqueza extrema para
acabar con la desigualdad
La desigualdad es un fenómeno complejo y, como hemos señalado en informes anteriores, son
necesarios diversos cambios en las políticas y prácticas para construir un mundo más
igualitario y redistribuir el poder de manera real. Sin embargo, en este documento hemos
identificado una medida esencial y valiente que los Gobiernos podrían adoptar para reducir
drásticamente la desigualdad y promover la inversión en un futuro más justo y sostenible para
las personas y el planeta: gravar más a los súper ricos.
Esta medida es perfectamente viable para los Gobiernos de todo el mundo, e incluso parece
que una nueva ola de sistemas tributarios progresivos está tomando forma. Esta tendencia
tiene que consolidarse y crecer.
Oxfam insta a los Gobiernos y a los organismos internacionales a colaborar para llevar a la
práctica urgentemente estas cinco recomendaciones:
- APLICAR IMPUESTOS DE SOLIDARIDAD CON CARÁCTER TEMPORAL SOBRE LA RIQUEZA Y LOS BENEFICIOS EXTRAORDINARIOS (O SOBRE GANANCIAS) CON EL FIN DE IMPEDIR QUE LOS MÁS RICOS CONTINÚEN SACANDO PROVECHO DE LAS CRISIS
Miles de millones de personas están sufriendo las consecuencias de las múltiples crisis a las
que nos enfrentamos y, mientras tanto, las grandes empresas y las personas más ricas siguen
acumulando cada vez más riqueza. Para garantizar recursos fiscales adicionales que financien
programas de mitigación así como impedir que los más ricos sigan sacando provecho, Oxfam
recomienda la aplicación de impuestos a los beneficios excesivos y al crecimiento de la riqueza
extrema en tiempos de crisis. Para lograrlo, es necesario:
- Gravar los beneficios extraordinarios de las grandes empresas cuando se dan contextos de crisis, sin restricción sectorial.
- Gravar de forma urgente el reparto de dividendos a los accionistas ricos a tipos muy superiores a los actuales. Los tipos impositivos sobre los ingresos derivados del pago de dividendos deberían estar, como mínimo, al mismo nivel que los que gravan las rentas del trabajo.
- Aprobar impuestos solidarios de carácter temporal sobre la riqueza del 1 % más rico de la población.
- INCREMENTAR DE MANERA SISTEMÁTICA EL IMPUESTO SOBRE LA RENTA DEL 1 % MÁS
RICO, PARA LOGRAR UNA TRIBUTACIÓN EFECTIVA POR EJEMPLO DEL 60 % CALCULADA SOBRE
EL CONJUNTO DE SUS RENTAS (TANTO DERIVADAS DEL TRABAJO COMO DEL CAPITAL), CON
TIPOS IMPOSITIVOS MÁS ELEVADOS PARA LOS MULTIMILLONARIOS Y LOS MILMILLONARIOS.
Además de aplicar impuestos solidarios de carácter temporal sobre los más ricos, los
Gobiernos deben incrementar de manera permanente el impuesto sobre la renta del 1 % más
rico, para lograr una tributación efectiva mucho más elevada calculada sobre el conjunto de
sus rentas (tanto derivadas del trabajo como del capital), con tipos impositivos más elevados
para los multimillonarios y los milmillonarios. Un reciente informe de FMI (nota296) destaca
que “los estudios que calculan [el] tipo óptimo (del impuesto sobre la renta personal de
quienes más ganan) estiman que suele oscilar entre el 50 % y el 60 %… y otros economistas Thomas Piketty recomiendan aplicar tipos más elevados, de hasta el 80 %.”(nota297)
Para lograrlo, es necesario:
- Gravar las rentas de capital (los ingresos derivados de acciones y participaciones, alquileres y otras rentas que son mayoritariamente su fuente de ingresos) a tipos como mínimo iguales que los que gravan las rentas del trabajo y, preferiblemente, más elevados.
- Ampliar la progresividad del sistema tributario en el diseño del impuesto sobre la renta personal, y que los súper ricos tributen a tipos mucho más altos que las y los trabajadores de renta media.
- Introducir tipos marginales de al menos el 75 % sobre todas las rentas personales de quienes más ganan (por ejemplo, para quienes cuentan con ingresos por encima de los cinco millones de dólares al año, o el 0,1 % más rico de la población), a fin de desincentivar los sueldos desorbitados de los altos ejecutivos.
- Eliminar de nuestros sistemas tributarios las exenciones fiscales y los vacíos legales, que benefician principalmente a los ricos.
- GRAVAR EL PATRIMONIO DE LOS SÚPER RICOS A TIPOS IMPOSITIVOS LO SUFICIENTEMENTE
ELEVADOS COMO PARA REDUCIR LA DESIGUALDAD.
Las élites económicas ejercen una influencia indebida sobre la política y la elaboración de
políticas, lo cual les permite acumular aún más riqueza. Debemos romper este círculo vicioso.
Para lograrlo, es necesario:
- Gravar la riqueza a tipos impositivos lo suficientemente elevados como para reducir sistemáticamente la desigualdad de riqueza, frenar la súper concentración de riqueza y evitar la proliferación de mimillonarios.
- Gravar de forma permanente la riqueza neta del 1 % más rico de la población, aplicando tramos y tipos más elevados a los millonarios, los multimillonarios y los milmillonarios.
- Adoptar y aplicar de manera efectiva impuestos progresivos sobre las herencias y la propiedad, incluyendo la tierra, a fin de equilibrar las oportunidades y evitar la aparición de una clase de naturaleza casi aristocrática.
4. FORTALECER LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS Y TRIBUTARIAS PARA QUE PUEDAN SUPERVISAR A LAS
PERSONAS MÁS RICAS Y LAS GRANDES EMPRESAS
Es imposible gravar a los más ricos si las administraciones públicas y tributarias no cuentan con
autonomía, capacidad y apoyo para identificar y dar seguimiento a su riqueza real. Para
lograrlo, es necesario:
- Revelar quiénes son los verdaderos dueños de la riqueza a través de registros públicos de los beneficiarios efectivos de las empresas y otras entidades legales; prohibir las sociedades instrumentales anónimas o “empresas pantalla”, y poner en marcha un registro mundial de activos que saque a la luz quiénes son los verdaderos dueños de los activos físicos offshore.
- Exigir más transparencia a las empresas multinacionales y que hagan públicos sus beneficios, ingresos, número de personas empleadas, y otros datos económicos clave en todos los países donde operan, a través de la presentación de informes públicos país por país.
- Fortalecer las administraciones tributarias, dotándolas de la financiación necesaria para que puedan garantizar que los ricos tributen lo que en justicia les corresponde, así como para crear unidades especiales de grandes contribuyentes.
- Mejorar el intercambio automático de información, garantizando que también sea efectivo para los países de renta baja.
- ROMPER EL CÍRCULO VICIOSO DE LA CAPTURA POLÍTICA Y GARANTIZAR UNA
PARTICIPACIÓN IGUALITARIA EN LA ELABORACIÓN DE LAS POLÍTICAS FISCALES
Si no se cambia la manera de elaborar las políticas fiscales, estas seguirán en manos de los
intereses de las élites ricas. Debemos reequilibrar el poder para que las necesidades del
conjunto de la sociedad sean la máxima prioridad. Para lograrlo, es necesario:
- Diseñar procesos de elaboración de políticas fiscales más transparentes e inclusivos, que permitan eliminar la influencia desproporcionada que ejerce el 1 % más rico de la población y reducir las posibilidades de que se produzcan prácticas corruptas y, al mismo tiempo, generar un nuevo espacio para la participación real del conjunto de la sociedad.
- Garantizar la representación de los grupos excluidos en los procesos de elaboración de políticas fiscales, entre ellos las organizaciones feministas y de defensa de la justicia racial, a fin de abordar las desigualdades interseccionales presentes en los actuales sistemas tributarios.
- Dar comienzo a una nueva era de normas fiscales más ambiciosas y justas, a través de la adopción de una Convención de las Naciones Unidas en materia de fiscalidad que contemple la creación de un organismo fiscal intergubernamental con participación universal.
Por último, Oxfam insta a los donantes y los organismos internacionales a apoyar a los países a
la hora de promover sistemas tributarios progresivos, y a acabar con la práctica de exigir
reformas fiscales de carácter regresivo como parte de las condiciones que imponen a los países
de renta media y baja que solicitan su ayuda
El texto completo puede verse aquí
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