La elusión fiscal internacional

La elusión fiscal internacional es reconocida por parte de los organismos internacionales que en los últimos años han venido proclamando la búsqueda de transparencia global. Identifican que esta problemática afecta especialmente a los países en desarrollo necesitados de los recursos fiscales para brindar servicios públicos esenciales.

En julio de 2013, en el marco de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), se desarrolló el Plan de acción BEPS (Plan contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios), a pedido de los países del G20, identificado 15 acciones necesarias para paliar dicha problemática. La acción 13 de este plan incluye el “Reporte país por país”, en inglés, Country-by-Country (CbC) Report. Este requiere que las empresas multinacionales, que tengan ingresos consolidados superiores a 750.000.000 Euros, reporten anualmente en cada jurisdicción donde se desempeñan, información desglosada sobre la cantidad de ingresos, las ganancias antes de impuesto, el impuesto a las ganancias ingresado, el número de empleados, las ganancias acumuladas y los bienes tangibles, con el objeto de limitar la erosión de las bases imponibles a través de los precios de transferencia.

Más allá de estas acciones específicas, es menester mencionar que la OCDE representa los intereses de sus países miembros, que son beneficiarios de la opacidad de la arquitectura internacional. El plan BEPS no resuelve los errores esenciales del sistema, como es el caso de la noción de “entidad separada”, el criterio de arm’s length, que habilita a que las entidades vinculadas de un mismo grupo económico, que poseen comunidad de intereses, puedan operar como si fueran entidades independientes, lo que permite la utilización de esquemas de planificación fiscal abusiva, que no es otra cosa que elusión fiscal.

Las empresas multinacionales utilizan múltiples técnicas, gracias al asesoramiento de expertos, para erosionar la base imponible en países de mediana tributación como la Argentina. La actual arquitectura del sistema tributario y financiero internacional permite que los grupos de multinacionales localicen sociedades y distintas estructuras jurídicas e instrumentos en guaridas fiscales, lo que les permite minimizar el resultado impositivo global. También, utilizan los precios de transferencia (precios de operaciones intra-grupo) para transferir arbitrariamente ingresos hacia guaridas fiscales, a través de la manipulación de éstos o, directamente, mediante la creación ficticia de servicios, intangibles (marcas, derechos, etc.), endeudamiento, entre otros. Explotan los tratados para evitar la doble imposición y los huecos que existen entre los distintos sistemas jurídicos nacionales que, en algunos casos, permite la doble no imposición.

Un reciente informe de la OCDE “Corporate Tax Statistics SECOND EDITION”, que analiza de manera agregada la información de los “Reportes país por país” de casi 4.000 grupos de empresas multinacionales, proporciona nuevos datos sobre la elusión fiscal internacional y las guaridas fiscales.

La OCDE expone que existe una desalineación entre el lugar donde se reportan las ganancias y el lugar donde se realiza la actividad económica, siendo que las empresas multinacionales informan una participación relativamente alta de las ganancias en determinados “centros de inversión” —una forma sutil de nominar a las guaridas fiscales— que no presentan relación con la participación de los empleados y activos tangibles.

Los llamados “centros de inversión” a los que refiere la OCDE son jurisdicciones con un nivel de inversión extranjera directa (IED) total por encima del 150% del PIB: Bahamas, Barbados, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Chipre, Gibraltar, Guernsey, Hong Kong, China, Hungría, Irlanda, Isla de Man, Jersey, Liberia, Luxemburgo, Malta, Islas Marshall, Mauricio, Mozambique, Países Bajos, Singapur y Suiza.

A partir de los datos del Reporte país por país, la OCDE señala que en los “centros de inversión”:

  • Las multinacionales informan una participación relativamente alta de las ganancias en estos países.
  • Las ganancias son desproporcionadas teniendo en cuenta la cantidad de empleados.
  • La actividad económica que predomina, declarada por parte de las entidades que allí se radican, es “tenencia accionaria y otras participaciones de capital”, lo que permite inferir la utilización de estructuras de planificación fiscal abusiva.

Del análisis propio de los datos agregados del Reporte país por País que publica la OCDE surge que las empresas multinacionales cuyas controlantes están fuera de la Argentina, pero poseen entidades controladas en este país, tuvieron ganancias globales por alrededor de 86.800 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2016, de los cuales 15.800 millones fueron generados a través de transacciones entre entidades vinculadas del mismo grupo económico. Es decir, un 18% de los ingresos brutos totales de estos grupos multinacionales son generados a través de operaciones intra-grupo. Los ingresos brutos totales intra-grupo representan más del doble de las ganancias netas antes del impuesto a las ganancias para estos grupos, que fueron de alrededor de 7.400 millones de dólares.

Los países donde se ubican las controlantes de grupos multinacionales con vinculadas en Argentina son los siguientes: Australia, Bélgica, Chile, Dinamarca, Francia, Italia, Luxemburgo, México, Estados Unidos, Bermuda, Brasil, China, India, Sudáfrica. Para mencionar algunos ejemplos, en el caso de los grupos cuyas controlantes se ubican en Bermuda, el 75% de las ganancias totales fueron generadas a partir de transacciones con partes relacionadas. Por su parte, los grupos con controlantes en los Estados Unidos obtuvieron más del 25% de sus ganancias totales a través de operaciones intra-grupo. No es posible conocer los datos desagregados de cada grupo económico, ya que la información se presenta de manera agregada y anónima. A pesar de ello, estos datos preliminares permiten dar cuenta del relevante peso de las operaciones hacia dentro de estos grupos multinacionales y, por consecuencia, advertir la importancia de los controles sobre las operaciones y los precios de transferencia entre entidades vinculadas de un mismo grupo económico por parte de países periféricos, como la Argentina.

De ahí que la reconstrucción de la economía en la pandemia y pospandemia no debe enfocarse en reducir la presión fiscal a las grandes empresas para favorecer la inversión. Por el contrario, ha quedado demostrado en la experiencia de los últimos años de la Argentina que las políticas favorables a los grandes grupos empresarios no acarrean los resultados económicos ni sociales deseados. Es momento de abordar el drástico problema de la evasión y elusión fiscal de las empresas multinacionales, de los grupos económicos transnacionalizados y de las personas de altos patrimonios e ingresos, dando paso a una reforma tributaria progresiva integral que elimine los huecos que hoy posibilitan la elusión fiscal internacional, gravar con mayores alícuotas a grandes empresas y estratos sociales con mayores ingresos y riqueza, redistribuyendo recursos hacia los sectores vulnerados.

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