Hacer posible “imposibles” apresurando tiempos

En este número procuramos enlazar dimensiones críticas de la realidad contemporánea. Arrancamos encarando uno de los “imposibles” que los dominadores imponen para desmovilizar voluntades. Podemos, sabemos, queremos no sólo reducir sino eliminar por completo la pobreza y la indigencia. Cómo no va a ser posible eliminar ese oprobio que atenaza a la humanidad cuando es el clamor de miles de millones de personas en el mundo y existen los recursos, el talento, la tecnología, para lograrlo. Sólo falta determinación.

A nivel geopolítico señalamos que, frente a las dificultades de supervivencia generadas por temibles guerras, pandemias, destrucción ambiental, fragmentación social, es imprescindible repensar con urgencia y en forma radical los presupuestos que guían el accionar colectivo. Se trata, nada menos, de preservar el indivisible patrimonio natural, social y cultural de la humanidad, administrándolo en forma coordinada y colectiva. Pero habrá que apresurar los tiempos porque se apilan riesgos y amenazas.

En el caso de Brasil, país de importancia estratégica para el mundo y la región, recordamos que al independizarse se mantuvieron las mismas relaciones del período colonial entre los amos de la Casa Grande y los esclavos arrinconados en sus barrios. La Independencia se logró en el marco de la esclavitud, que fue brutal y cruel para millones de personas traídas de África y esclavizadas en toda América. Por eso se afirma que es una independencia llamada a completarse.

Estos procesos, en verdad todos los procesos, no son lineales ni se desarrollan exentos de contradicciones y antagonismos. Esto aplica a procesos neoliberales o totalitarios, pero alerta, tampoco los procesos democráticos están exentos de contradicciones y antagonismos. Esa realidad obliga a encarar críticos desafíos, como un permanente esclarecimiento y organización de la base social, trabajar sólidas coaliciones políticas innovadoras alineando intereses que pueden complementarse, concertar entre oficialismos y oposiciones, siempre ocasionales, acuerdos esenciales, para el devenir colectivo. Nada sencillo pero posible, por más que toque navegar en aguas enturbiadas con mezquindades y codicias, confusiones y cegueras.

Algunos preguntan ¿dónde están las brújulas, dónde los capitanes? La orientación emerge de la experiencia colectiva y de las utopías referenciales que sepamos establecer. Tampoco faltan esclarecidos liderazgos; quebrando monopolios comunicacionales que los ocultan pueden ser identificados y acompañados asegurando que mantendrán siempre su lealtad a quienes representan.

Cordial saludo,

Los Editores      

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