Ejercer soberanía

El artículo de Geopolítica concluye señalando que las hegemonías que dominaron el mundo parecen hoy “dos matones artríticos olvidadizos del MAD (el gran miedo recíproco) y que ponen en peligro al mundo que los rodea, distrayendo a todos de lo que deberíamos enfrentar en forma conjunta y solidaria, a saber ¿cómo reparar, rejuvenecer y cultivar un planeta despojado y desvencijado, en futuro beneficio de las grandes mayorías?”

¿Cómo hacerlo, cómo avanzar en esa dirección? Somos muchos convergiendo en busca de respuestas, de ahí que las haya múltiples y diversas. Se extienden desde los enormes espacios de tensiones geopolíticas hasta los ámbitos de la economía popular en la base misma de las sociedades. Son procesos de larga data con esperanzadores avances y tremendos retrocesos. Exigen pensamiento, memoria, compasión, fraternidad entre pueblos y naciones. Requiere comprender sin desviar la mirada; superar enfrentamientos y desplazar dominadores; avanzar en esclarecimiento y organización; munidos de valentía y habilidad para plantear lo nuevo. Mientras los enfrentamientos bélicos destruyen, torturan y matan abiertamente, la oprobiosa concentración de la riqueza y el poder decisional también destruye, tortura y mata silenciando a quienes resisten. Aunque parezcan distantes, las guerras y las desigualdades responden a cercanos entramados de codicias e intereses.

Son siempre poderosas minorías las que hablan, deciden y van por lo suyo. Procuran confundir induciendo nebulosas. Y, sin embargo, aún en torbellinos de imposiciones y manipulaciones el albedrío social sobrevive con un norte que crece con la experiencia: que nuestras sociedades puedan decidir soberanamente cómo asegurar el bienestar de todos y cuidar con firmeza a la Madre Tierra.

Cordial saludo,

Los Editores     

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