De la protesta a la transformación

Protestar ante un delito o una injusticia es legítimo y también válido ya que crea condiciones para reparar la situación; sin embargo, la protesta por sí misma no es suficiente para transformar las circunstancias que dieron orígen al delito o la injusticia. De la protesta a la transformación hay un espacio que es necesario transitar con habilidad y determinación. Es necesario pasar de sólo denunciar episodios a reconocer los procesos que los generan; muy particularmente cuando no se trata de episodios ocasionales sino recurrentes, por ejemplo, reiterados actos de corrupción o de explotación de actores más débiles e indefensos. Episodios recurrentes exigen integrar la mirada centrada en lo inmediato a una visión más comprehensiva que se proyecte sobre el sistema político, económico, social en el que vivimos.

Transformar con algún sentido -y no simplemente para ir hacia cualquier lado que no sea el presente- requiere imaginar, concebir el «hacia dónde». Ese «hacia dónde» puede llamarse nuestra utopía referencial a la que hacemos referencia en uno de los artículos de este número de Opinión Sur; constituye una referencia para orientar el rumbo y no perderlo al avanzar. Luego habrá que ver cómo movilizamos los instrumentos y recursos que disponemos como sociedad para materializar la trayectoria escogida, habida cuenta que son múltiples y diversas las variables que intervienen en un proceso de transformación y que, sin duda, también se presentarán varias circunstancias muy difíciles de anticipar. El esfuerzo para encauzar el cúmulo de personas y factores hacia el rumbo escogido hace a la estrategia política que coordina las acciones concretas que son necesarias para pasar de las protestas a la deseada transformación. De ahí la importancia de la política y del liderazgo que sepamos elegir.

En la marcha hacia la transformación se presentan trampas que es necesario desentrañar y desenmascarar; no son pocas y se reproducen en variadas formas según países y épocas. Los otros dos artículos de este número abordan algunas de esas siempre encubiertas amenazas: qué existe detrás de las políticas de promoción de inversiones y ciertos rasgos ocultos de la «cooperación» externa.

Confiamos que este número sea de su interés y utilidad.

Cordial saludo.

Los Editores

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