La turbulencia económica, social y política que generó la crisis global también afectó las visiones y perspectivas de quienes observan, analizan o actúan para encontrar respuestas. No es sencillo descifrar lo subyacente, aquello que sustenta y dinamiza lo que aparece en la superficie de los procesos sociales y de nuestros propios pensamientos. Se hace muy complejo diferenciar causas de efectos ya que se entremezclan, cambian permamentemente de ropaje y de roles; mutan y se influencian unos a otros.
Son múltiples las explicaciones posibles y, lo más probable, es que cada una aporte lo suyo; algún elemento, alguna perspectiva, algún conjunto de intereses, necesidades y emociones. En un momento álgido de transformaciones sociales y geopolíticas, los huracanados acontecimientos fuerzan la renovación del pensamiento estratégico. Es que lo nuevo arranca de lo viejo pero se diferencia en múltiples aspectos y desarrollos de los inéditos desafíos; toca actuar tanto en base a la experiencia como al tipo de utopía referencial, explícita o implícita, que nos sirve de brújula. No ayuda ni tiene sentido anclarse en reacciones que repiten fórmulas de otras épocas. La responsabilidad y también la efectividad en estos tiempos agitados llaman a combinar prudencia y creatividad, justicia y viabilidad en la búsqueda de soluciones.
Con esto en mente encaramos los artículos de este número de Opinión Sur focalizados en el desarrollo de la crisis global contemporánea. Confiamos que sean de utilidad a los lectores.
Cordial saludo,
Los Editores
Opinion Sur



