Nueva desafí­o, nueva oportunidad

Cuando estalló la crisis, las poblaciones de los países afluentes perdieron la oportunidad de cambiar el rumbo y la forma concentradora de funcionar que prevalecía, y aun prevalece, en sus países. El privilegio tembló pero tuvo la fuerza y la habilidad no sólo de protegerse del huracán que habían generado sino de emerger más fortalecidos en el propio curso de la crisis. Los costos que impusieron a sus pueblos y que procuran trasladar al resto del mundo donde la resistencia es fuerte ha sido gigantesco.

Con las reacciones populares en España, Grecia y el resto de Europa, y muy particularmente lo sucedido en Italia, primera clara explicitación electoral de la indignación y el «no va más», el poder financiero tendrá que cambiar algo en los países afluentes para procurar que en lo esencial poco cambie. Ya han llegado hasta el fondo de lo que pudieron avanzar en las presentes circunstancias y ahora tendrán que dar paso a una reactivación económica. El enorme riesgo que se presenta es que, con la población exhausta y las defensas debilitadas, pueda el privilegio contrabandear una restauración del orden de pre crisis en lugar de su transformación. Aquí un nuevo desafío y, de encararla apropiadamente, una nueva oportunidad para intentar nuevos rumbos. En este número de Opinión Sur se abordan algunas de estas críticas cuestiones.

Cordial saludo.

Los Editores

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