Nos han robado hasta la primavera

No es un exabrupto ideológico expresar que el proceso de concentración de la riqueza que caracteriza el presente momento histórico se ha basado en una serie interminable de robos y estafas cuyas víctimas han sido las grandes mayorías poblacionales y los beneficiados pequeñas minorías apropiadoras de activos y rentas.“Nos han robado hasta la primavera
pero no pueden con nuestra canción, parece frágil pero no se entrega” [[[Versos y canto de Teresa Parodi->http://www.youtube.com/watch?v=DNhYhQzBsdo&feature=related].]]

Los economistas acostumbramos a utilizar términos técnicos al describir o analizar lo que sucede; este autor no es una excepción. Así a robos y estafas los denominamos “mecanismos de extracción de valor”, un eufemismo que, como tal, es una “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”.

En otros textos [[[Artículo Diferenciar generación, redistribución y extracción de valor->https://opinionsur.org.ar/wp/diferenciar-generacion-redistribucion-y-extraccion-de-valor/, Opinión Sur. Marzo de 2012]] hemos analizado algunos de los mecanismos de extracción de valor que han afectado gravemente el orden social, económico y ambiental. En todos los casos, ciertos actores utilizan fuerza o astucia para extraer en su propio beneficio valores que no generan por su cuenta, esterilizando con su accionar buena parte del potencial de desarrollo de un país o localidad. En estas líneas complementamos ese análisis conceptual con hechos reales que han sido recientemente denunciados. Por su significación, ellos demuestran que no estamos en presencia de episodios aislados sino de resultados “normales”, en el sentido de esperables, derivados casi inexorablemente de un rumbo y una forma sistémica de funcionar sustentada en valores de codicia, egoísmo, violencia, ninguneo de los demás, irresponsabilidad para con el planeta y los pueblos que lo habitan.

Esos hechos se centran en conductas delictivas de grandes grupos financieros porque ha sido justamente el capital financiero principal responsable del proceso de extracción de valor que aceleró la concentración económica, agudizó a niveles insostenibles la desigualdad y la pobreza y arrastró la economía mundial a la gran crisis global contemporánea. Está claro que esos grupos financieros no han actuado solos sino con la complicidad de otros actores en los medios, el sistema educativo y ciertas usinas de pensamiento estratégico (think tanks) que nos han hecho creer que no existe otra forma de funcionar, de pensar, de ser y de sentir. Por cierto que no es así. Existen otras y mejores opciones que una vez adoptadas podrán, como siempre ocurre, desarrollarse y perfeccionarse al transitar los nuevos rumbos y trayectorias.

Delitos financieros recientes

Gracias al enorme poder adquirido, grandes grupos financieros lograron eliminar importantes regulaciones que limitaban en cierta medida su accionar. La agresiva desregulación dio paso a un libertinaje financiero que produjo dos de los más dramáticos acontecimientos de la historia contemporánea. Por un lado, desvió una inmensa masa de recursos de la economía real hacia la especulación financiera creando las condiciones para la aparición de un tsunami de robos y estafas que esterilizó buena parte del potencial de desarrollo de los países afluentes y cuyos impactos se propagan hacia el resto del mundo. Pero además para sumar agravio a los delitos cometidos, una vez que explosionó la crisis quienes controlan el timón de la economía global, y de cada país en particular, siguieron lo exigido por sus mandantes (el mismo capital financiero que gatilló la crisis): sustrajeron recursos públicos a una escala nunca antes vista para salvar a los causantes de la debacle descargando los costos de esos monumentales salvatajes sobre las espaldas de los sectores poblacionales mayoritarios.

En un lúcido y bien documentado artículo [[Artículo Escándalos, Alfredor Zaiat, Página 12, 18 de agosto 2012]] , Alfredo Zaiat periodista especializado en economía señala que “una forma de eludir la responsabilidad política y de evitar cuestionar los propios cimientos del sistema es culpar de la debacle a empleados infieles o banqueros inescrupulosos. La crisis no ha estallado por estafas de un ejecutivo de cuenta, o por desvíos morales de un banquero, sino que tiene raíces sistémicas. Estas se encuentran en la actual forma de funcionar del capitalismo global sometido a los dictados de las finanzas. La máxima expresión ha sido la manipulación de la tasa Libor que involucró a la mayoría de los principales bancos de Europa y Estados Unidos”.

Y enumera un impresionante listado de operaciones financieras delictivas [[Idem]]:

– Jerome Kerviel, el broker del banco francés Société Générale, fue señalado a principios de 2008 como el culpable de provocar pérdidas por 7 mil millones de dólares.

– Bernard Madoff, en diciembre de 2008, fue detenido por estafar en 50 mil millones de dólares a cientos de inversores, el mayor fraude hecho por una sola persona. Fue sentenciado a 150 años de prisión.

– David Redmond, de Morgan Stanley, en mayo de 2009, creó una gran posición de futuros de petróleo no autorizada, provocando un descalabro en ese mercado.

– Alexis Stenfors, de Merrill Lynch Londres, estuvo durante cinco años sobrevaluando las posiciones comerciales del banco para ocultar pérdidas, lo que significó luego de ser descubierto, en febrero de 2009, la depreciación de activos por 456 millones de dólares de la entidad.

– La Justicia irlandesa acusó a Sean Fitz Patrick, el rostro más emblemático del escándalo bancario irlandés, el Anglo Irish Bank, por cometer delitos de fraude e irregularidades cuando estaba al frente de la entidad, que colapsó en 2008 y fue nacionalizada un año más tarde.

– Kweku Adoboli es el protagonista de un escándalo por 2 mil millones de dólares perdidos en la división europea de gestión de capitales del banco suizo UBS en Londres, en un fondo de inversión específico (Exchange Traded Fund). Fue acusado en septiembre de 2011 ante una Corte londinense de fraude e irregularidades en la contabilidad.
Este fue el último caso difundido de escándalo financiero que tuvo como responsable a un solo empleado del banco, como si fuera una operación aislada de entidades pulcras ante la ley, cuando los hechos han mostrado lo contrario. Así se verifica con los siguientes casos:

– JP Morgan anunció la pérdida de 2 mil millones de dólares, y dijo que fue debido a la especulación errónea de los derivados de crédito. La suma puede llegar a 20 mil millones de dólares.

– El Citibank acordó pagar una multa de 285 millones de dólares por acusaciones de fraude, por engañar a los inversores a colocar fondos en créditos hipotecarios tóxicos, en momentos en que el mercado de la vivienda comenzaba a derrumbarse.

– Goldman Sachs & Co. también pagó 550 millones de dólares por acusaciones similares en 2010.

– JP Morgan Chase & Co. resolvió un tema similar en junio de 2011, pagando una multa de 153,6 millones de dólares.

– El banco británico Standard Chartered estará bajo vigilancia durante dos años por parte del estado de Nueva York, después de haber pactado una multa de 340 millones de dólares, acusado de realizar operaciones con Irán, a pesar del bloqueo instaurado por las autoridades de Estados Unidos.

– El banco británico HSBC fue denunciado por una comisión del Senado de Estados Unidos por lavado de dinero de los carteles mexicanos de la droga y fondos ilegales provenientes de Arabia Saudita e Irán por un total de 28 mil millones de dólares.

– Los bancos implicados en el escándalo de la manipulación de la Libor entre 2005 y 2009 podrían recibir una multa global de 12 mil millones de euros. Por lo pronto, el regulador financiero de los Estados Unidos y el del Reino Unido le aplicaron una de más de 450 millones de dólares a Barclays. El Royal Bank of Scotland y el Lloyds también han sido acusados de distorsionar información para alterar las tasas de interés. Por lo menos once de las más grandes entidades europeas y norteamericanas están involucradas en la manipulación de la tasa Libor. Se calcula que el volumen de transacciones bancarias a nivel mundial basadas en la tasa Libor es de 360 billones de dólares (unas 40 veces el Producto Interno Bruto de Estados Unidos)”.

Frente a esta incontrastable avalancha de información, queda claro que la sucesión de delitos financieros no son hechos aislados sino una consecuencia esperable de la forma de funcionar que se nos ha impuesto. No ha sido, no es, inofensiva la concentración económica: castiga a millones de inocentes devenidos víctimas, al tiempo que genera inconsistencias estructurales que entrañan permanente inestabilidad sistémica y crisis recurrentes.

Frente a la sucesión de robos y estafas no cabe una mirada azorada. Toca erguirse por sobre nuestra miopía y desunión para transformar la situación. Es posible hacerlo. Se trata de uno de los principales desafíos del momento histórico que nos encuentra como protagonistas.

Cantan los versos populares que “en la subasta se llevaron todo, enajenando nuestro corazón, se repartieron hasta lo imposible, ( ..y, sin embargo,..) aun podemos con lo que sucede” [[Verso y canto de Teresa Parodi]] . Y eso es exactamente lo que decimos: que aun podemos con lo que sucede.

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