Así como desde siempre se sucedieron los imperios, así pasará el imperio del capital financiero. Su devenir se acelera por el peso de las aberraciones cometidas. El poder de manipular imperfectas democracias permitió que se alzaran con el timón de la humanidad pero abusos, delitos. errores, agravios, minaron su sustento: agigantaron la desigualdad castigando a enormes mayorías; reprodujeron la pobreza y la indigencia de cientos de millones de seres; silenciaron voces y controlaron medios para imponer la hegemonía de sus intereses; aceleraron la destrucción del precioso medio ambiente.
La transición recién comienza y queda mucho por hacer para completarla. Sin embargo cabe ya preguntarse ¿hacia dónde iremos? ¿qué vendrá después? Cruciales desafíos a encarar ya que no se trata de sólo reemplazar timoneles y redistribuir privilegios sino cambiar el rumbo y proveernos de métodos e instrumentos para tallar mejores futuros que sucederán al presente y a los presentes venideros. Algo así como democracias plenas. Allí apuntamos.
Cordial saludo.
Los Editores