2025 Año de Incertidumbre

Algunas ideas para una era que termina y otra que comienza

El 2025 viene asomando. En la penumbra no está claro si es un comienzo o un final. Será otro año de revoluciones –no las tradicionales de abajo hacia arriba, sino revoluciones reaccionarias, de arriba hacia abajo. Están todavía en su fase destructora. Queda por ver cuál será su fase constructiva.

El tono de nuestro tiempo, expresado en aforismos.

De la Biblia en adelante, los aforismos son textos cortos que parecen resumir una verdad, como joyas de una perfecta sabiduría. Son concisos, didácticos, y dan definiciones contundentes. Los que me interesan son menos pretensiosos y un poco más sarcásticos.

Los que busco son herederos de Georg Christoph Lichtenberg[1] más que descendientes de Hipócrates.  Como aquel escritor y científico alemán en la era de la Ilustración, a mí me gusta coleccionar observaciones, ocurrencias, reflexiones, anécdotas, propósitos, y chistes que iluminan argumentos. En la Francia del Segundo Imperio, Gustavo Flaubert compiló sus aforismos en un sottissier (diccionario de estupideces)[2].  A Churchill sus aforismos lo sostuvieron en los momentos más oscuros de su carrera. A Borges le gustaban también, y por eso seguía las huellas de Macedonio Fernández,[3] eximio hacedor de aforismos.

Todos los susodichos son maestros y autores que admiro y soy capaz de querer, como diría Borges, hasta el plagio. En este ensayo se me ocurren algunos temas en busca de aforismos apropiados. Aquí van.

1

El carnaval

Lo carnavalesco ha sido presentado y estudiado por críticos literarios, en particular Mikhail Bakhtin,[4] pero se aplica también a la sociología de nuestros tiempos, en los que culmina una era difícil de caracterizar y comienza otra imposible de predecir.

El carnaval se diferencia de la vida común y cotidiana en que durante el carnaval se suspenden las normas sociales y jerárquicas, permitiendo una libertad total y la subversión de roles establecidos.  El carnaval crea un segundo mundo donde todos son iguales y participan activamente.  Ese espacio temporal permite una inversión de lo alto y lo bajo, lo serio y lo cómico, creando una experiencia colectiva de liberación y renovación.  Este se manifiesta en la degradación y materialización de lo elevado y espiritual en lo corporal y material. Herbert Marcuse lo llamaba “des-sublimación represiva” disfrazada de liberación.[5]

Todo momento populista y carismático es carnavalesco, y tiene un componente que Bakhtin llamaba el realismo grotesco.  Era un elemento importante de la cultura popular europea en el medioevo y en el Renacimiento. 

Los cuerpos grotescos y sus partes juegan un papel central. Me vienen en mente el desplante corporal del Duce[6], el bigotito del Fuehrer, el pelo revuelto de Boris Johnson, el peluquín color naranja de Trump, la melena de Milei. El cuerpo grotesco y el lenguaje estercolero muestran una conexión con el cosmos agitado, permitiendo una transformación simbólica que refleja el nacimiento de un nuevo mundo a partir de lo antiguo.

El problema es que la experiencia es intensa pero falsa y breve (por ejemplo, pone en escena una supuesta igualdad entre nuevos billonarios y antiguos marginales, entre santos y asesinos, empresarios y fulleros).  Pronto las cosas vuelven a su ritmo cotidiano, aunque la normalidad sea nueva (pero siempre degradada). 

 Primer Corolario Geopolítico: De todas las imágenes y propósitos que circulan en las redes sociales electrónicas, el 80% son falsos y sobre todo, payasescos.

2

La inversión disruptiva

Es también el dilema del liderazgo, en el que lo carismático tarde o temprano cae en la rutina y la institucionalización, como sostenía Max Weber. Un ejemplo es el delicado equilibrio que debe hacer Marine Le Pen en Francia para llegar al poder:  convencer al pueblo que ella es al mismo tiempo una gran figura disruptiva y una futura presidenta competente.  Una cosa es agitar, subvertir, invertir, y otra muy distinta gobernar. Nuestros líderes energúmenos tienen que conjugar lo disruptivo con lo propositivo. Por ahora lo cubren todo con marketing.

Segundo Corolario Geopolítico: Los disfraces de la política actual son disfraces de inversión. La libertad no es libre y coexiste con el despotismo, que ya ni siquiera es ilustrado sino caprichoso y soez.

3

Agitación y gobernanza

En la política el lenguaje es orwelliano –aquel en que los valores y los términos son invertidos: la agresión se disfraza de pacificación, la mentira aparenta ser verdad. El que ataca dice que se defiende, y así sucesivamente. [7]

Durante la Revolución Francesa se inventó el eslogan republicano que se hizo famoso hasta nuestros días: Liberté, égalité, fraternité. Pero el significado ha trasnochado.  Ya no es el eslogan de una Francia republicana sino el de un estado fallido en Haití. Por libertad hoy se entiende hacer lo que uno quiere ignorando al prójimo (lo opuesto de lo que predicaba John Stuart Mill).  La fraternidad es sólo tribal, y lo comunal es descomunal.  La igualdad significa odiar toda distinción meritoria a cambio del más bajo común denominador. 

Con todo eso la humanidad se encamina hacia el mundo que temía Hobbes: “And the life of man is nasty, brutish, and short” (La vida es desagradable, tosca y breve). Hoy prolongamos la vida con la medicina, pero la acortamos con la violencia. No se fijen en Zúrich sino en Darfur o en Gaza Las balas son más accesibles que las píldoras.  Ofrezco dos ejemplos romanos de la inversión en el lenguaje:

Publius Flavius Vegetius Renatus: “Si quieres paz, prepara la guerra.”

Tácito: «Llaman al gobierno con falsos nombres como trocear y robar; más aún donde crean desolación, la llaman paz».

En las guerras contemporáneas, cada victimario se hace pasar por víctima. Rusia, China, EE. UU., Israel son los ejemplos más notorios. Se sumarán otros muy pronto.

Con frecuencia el terrorismo es el rótulo que le aplican al que se defiende de la depredación. Cabe aquí citar una vieja canción popular francesa :

Cet animal est très méchant :
Quand on l’attaque, il se défend. »     

Es más fácil demoler que construir, y hace más ruido.  ¡Adelante con el hacha y la matraca, o con la motosierra!

Lo carnavalesco se vincula íntimamente con lo disruptivo, una categoría psiquiátrica general que abarca al caso particular del síndrome de desorden postraumático (en ingles PTSD), pero que por extensión se aplica también a la política, en particular al tema de la agitación. Recomiendo al respecto consultar los escritos del psiquiatra argentino-israelí Mordecai (Moty) Benyakar.[8]

En todos lados, los agitadores tienen muchos seguidores, y así logran llegar al poder.  Prometen destruir, pero no saben construir.  Son los llamados “ingenieros del caos.”[9]

Los agitadores norteamericanos no son ninguna novedad. Fueron estudiados con detención y temor premonitorio por los exiliados alemanes de la fenecida república de Weimar.[10]  La novedad reside en que hoy han pasado de los márgenes (lunatic fringe o franja lunática) al centro de la política.  Tampoco son novedad en Europa, donde el fenómeno es similar y donde también el centro se ha vuelto acotado y asediado, como ejemplifica el aprieto de los extremos derecha/izquierda al presidente centrista Macron. Aquí haré una digresión.

Como siempre en política europea, Francia es el epicentro del cambio tectónico y la veleta que indica la dirección de los vientos:

En el siglo 19, Marx, gran vagabundo intelectual que había dejado la filosofía en su tierra natal (Alemania) y se hacía camino hacia la cuna de la economía política (Inglaterra) se detuvo un tiempo en Francia donde escribió sus mejores análisis políticos (en particular sobre el 18 Brumario de Luis Bonaparte).  Porque Francia siempre fue el principal laboratorio político europeo. A ese propósito Marx decía que los grandes hechos y personajes de la historia universal se repiten en ese país de tragedia a farsa (yo agregaría: y viceversa). Veía la política francesa en clave carnavalesca. Le tocó presenciar el derrumbe de un régimen burgués democrático y su reemplazo por un régimen proto-fascista y seudo monárquico.  Lo presentó en una metáfora para luego proceder a su explicación:

No basta con decir, como hacen los franceses, que su nación fue sorprendida. Ni a la nación ni a la mujer se les perdona la hora de descuido en que cualquier aventurero ha podido abusar de ellas por la fuerza. Con estas explicaciones no se aclara el enigma; no se hace más que presentarlo de otro modo. Quedaría por explicar cómo tres estafadores pudieron sorprender y reducir al cautiverio, sin resistencia, a una nación de 36 millones de almas.” 

Hoy nos corresponde corregir la misoginia de Marx para mantener el valor de su presentación. El género no cuenta cuando de estafadores se trata.  Lo que el Sr. Trump le hizo a Kamala Harris hoy la Sra. Le Pen le hace a Macron.

Tercer Corolario Político:  Los nuevos lideres que llegan al poder son agitadores.  Saben irrumpir; no saben bien gobernar.

4

Acción directa

¡Como gusta hacer cortocircuitos de representación y de acción! Así llega el populismo. Pero Ojo: Por ese camino la muerte seduce más que la vida.

En el orden cultural, los conceptos anteriores son las dimensiones más significativas de lo que Sigmund Freud, en sus especulaciones para-psicológicas, denominaba con un término alemán difícil de traducir: Unbehagen (malestar, ansiedad, desasosiego.)[11]  Para Freud, el desasosiego general produce entre algunos un fuerte deseo de “terminar con todo”, que es otra expresión del impulso de muerte. Tal vez busquen el Segundo Advenimiento. Vale para muchos países y en especial para Argentina.  Después de decenios de conseguir llegar al subdesarrollo por esfuerzo propio, llega la hora de cambiar todo. La Maga es un personaje de Cortázar en su novela Rayuela.  Hoy quiere decir “Make Argentina Great Again.”

Cuarto Corolario más Psicoanalítico que Geopolítico: Detrás del populismo reaccionario se esconde la pulsión de muerte.

5

El segundo advenimiento

Podemos arriesgar la idea de un segundo advenimiento.  No es el de Cristo.  Se parece más bien a la Segunda Bestia del Apocalipsis (Behemoth).

Recordemos a William Butler Yeats sobre el mismo tema, pero en su caso en clave religiosa. Puso en palabras inolvidables su visión del Segundo Advenimiento.

De W.B. Yeats me viene en mente no un aforismo sino un poema:

Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente
no puede ya el halcón oír al halconero;
todo se desmorona; el centro cede;
la anarquía se abate sobre el mundo,
se suelta la marea de la sangre, y por doquier
se anega el ritual de la inocencia;
los mejores no tienen convicción, y los peores
rebosan de febril intensidad.

Una revelación se aproxima;
se aproxima el Segundo Advenimiento.
¡El Segundo Advenimiento! Lo digo,
y ya una vasta imagen del Spiritus Mundi
turba mi vista; allá en las arenas del desierto
una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre,
una mirada en blanco y despiadada como el sol,
mueve sus lentos muslos, y en rededor planean
sombras de airadas aves del desierto.
Cae la oscuridad de nuevo, mas ahora sé
que a veinte siglos de obstinado sueño
los meció una pesadilla en su cuna,
¿y qué escabrosa bestia, llegada al fin su hora,
se arrastra hasta Belén para nacer?”

Corolario Final: La democracia sobrevive, pero maltrecha y desvirtuada: nos propone un líder para estos tiempos. ¡Ave Caesar, morituri te salutant! Y así tal vez vayamos con el voto al muere.

6

Elecciones y lecciones

Para esto vienen bien dos aforismos distinguidos.

De Winston Churchill: “La democracia es el peor sistema, a excepción de todos los demás.”

De Jorge Luis Borges: “La democracia es un abuso de la estadística.”

Tanto en la guerra como en la paz (y ¿quién las distingue hoy?), las muchedumbres marchan al muere. Y lo hacen votando. Por orden, por venganza, por subversión, por desesperación, por encandilamiento y ceguera, siguen como las ratas del cuento, a algún flautista artero.

De Jorge Luis Borges proviene este otro aforismo: “Dos calvos se pelean por un peine.” Lo dijo a propósito de Malvinas.

Hoy se multiplican las peleas de calvos, y sobran los peines.  Hasta que un día un loco suelto apriete el botón que haga saltar todo.

Como broche final, llene el lector el espacio con su país preferido:

¡Hagamos nuestro (poner país favorito)_____________ grande otra vez!

Grandes y chicos, los países quieren ponerse al día, pero me temo que ese día les llegue al día siguiente.


[1] Georg Christoph Lichtenberg, Aforismos, Bs.As. EDHASA, 2013

[2] https://www.harvard.com/book/9782322182947

[3] https://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/macedonio-fernandez.html

(4) https://mitpress.mit.edu/9780262520249/rabelais-and-his-world/

[5] https://monoskop.org/images/b/b6/Herbert_Marcuse_Eros_y_civilizacion_1983.pdf

[6] Ver Sergio Luzzatto, El cuerpo del duce. Un ensayo sobre el desenlace del fascismo – Edición en español: 13 Febrero 2020

[7] Ver https://www.youtube.com/watch?v=yY2mMJxM4fQ

[8] Moty Benyakar, Lo disruptivo. Amenazas individuales y colectivas: el psiquismo ante guerras, terrorismos y catástrofes sociales Bs. As., 2006.

[9] https://www.amazon.com/-/es/Los-Ingenieros-Caos-Giuliano-Empoli/dp/8441542198

[10] https://www.versobooks.com/products/936-prophets-of-deceit?srsltid=AfmBOooZbHpRxa-HmMB3O1uzCxG-ihhfiVrV5OumAGnUju9rjOO5cQNf

[11] Sigmund Freud, La civilización y sus descontentos y otros escritos sobre psicología de masas, 1931, ediciones varias.

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