La pérdida del futuro y sus consecuencias: segunda parte

Anomia significa desregulación. Es un concepto importante porque la desregulación del comportamiento humano en casi todos los niveles de interacción –el cotidiano, el nacional y el internacional— multiplica y potencia el conflicto. Este artículo describe esa dinámica y señala sus causas.

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85 años han pasado desde que Robert Merton presentó su análisis de la anomia.[1]  En aquella época, Merton podía referirse a una matriz ideológico-cultural dominante y bastante homogénea en la sociedad norteamericana que era la potencia hegemónica.  En las décadas que han transcurrido desde entonces su esquema de formas de adaptación sigue siendo útil para el análisis pero registra algunos grandes cambios.

 El primero es la globalización, que trasciende hoy todas las fronteras físicas y mentales.  Ya no presenta una sola matriz sino una abigarrada e inestable coexistencia de ideologías y de valores de todo tipo y color. En el período actual, lo que pasa por “des-globalización” no es mas que la pérdida relativa de la hegemonía norteamericana a favor de una pluralidad de poderes y culturas. En muchos países se observa el fin del neo-liberalismo globalizador –incluidos los Estados Unidos.  Sin embargo a la crisis del neoliberalismo no ha sucedido un sistema global mas justo y racional sino una proliferación de nacionalismos étnicos y populismos de distinto signo, grietas culturales, y conflictos armados. La globalización hoy es un hecho pero ha dejado de ser una ideología. Coexiste con una guerra cultural generalizada. Hemos pasado de Guatemala a Guatepeor. En suma: hay globalización sin hegemonía.

 El segundo cambio es la aceleración vertiginosa de nuevas tecnologías mas allá de las materiales (transporte, energía, industria material) sino inmateriales de acumulación y dispersión de datos e informaciones a través del Internet y en particular de las redes sociales. En suma: hemos entrado en el dominio de la inmaterialidad.[2]

El tercero es la creciente enajenación de las operaciones del cerebro humano hacia sistemas de inteligencia artificial, y en especial del cálculo algorítmico. En resumen: hemos alcanzado la racionalidad supra-humana.

El impacto geopolítico de estos tres grandes cambios es enorme.  Volvamos al esquema de Merton y apliquemos estos cambios a sus respectivos casilleros para ver cómo ha evolucionado la anomia y los modos de adaptación del comportamiento humano.  Hagamos un repaso y veamos que pasó.

                                                ESQUEMA DE MERTON MODIFICADO

 Fines culturales compartidos
Medios aceptados+
 CONFORMISTAS RITUALISTAS
+(1)Elites de poder antiguas Nuevas/ rompedoras(3)Clase media en baja, sectores pasivos, mayoría silenciosa
  INNOVADORES RETRAÍDOS
(2)Técnicos, empresarios rompedores, demagogos, criminales(4)Lumpen proletariado, suicidas, anarcos
 Otros fines y medios
   (5)REVOLUCIONARIOS
    Organizados desorganizados

  1. La conformidad ha cambiado. En la sociología funcionalista de Merton se trataba de la adaptación a valores compartidos y aspiraciones comunes (mas fáciles de lograr entre los privilegiados) donde tanto las metas culturales como los medios institucionales eran aceptados y compartidos. Era la forma de conducta “normal” no desviada. En esa época (1950-1980) la sociología hablaba de “sistema social regulador” (Parsons), “clase dominante” (Marx), “elite del poder”  (Mills), o “hegemonía ideológica” (Gramsci). Hoy no hay mas conformidad compartida o forzada sino una lucha cultural abierta entre conformidades contrastantes, y sistemas de valores distintos. En lugar de consensos hegemónicos hay grietas normativas y polarización entre fundamentalismos. Los dueños del poder no imponen consenso sino manejan y manipulan las plataformas del disenso y confusión entre diversas tribus de usuarios teledirigidos. Organizan mercados de información en los que son siempre ganadores. No son predicadores sino titiriteros.[3] Los dueños del poder son manipuladores indiferentes a los contenidos que hacen circular. Su “visión” es formal y bastante pobre, sin ejemplaridad.  Sus metas son el poder por el poder y la fama por la fama.  El suyo es un poder anómico. Se basa en la velocidad de la innovación, que tritura y destruye todo valor estable. Según ellos, para conseguir algo, hay que arriesgarse, y eso implica equivocarse, o “romper cosas”.[4] El lema de Mark Zuckerberg, dueño de Meta/Facebook es:  “moverse rápido y romper cosas.”
  2. La innovación ha cambiado: A esta altura del siglo 21 es el casillero fundamental que impacta a todos los otros.  Antes se refería al caso cuando los individuos aceptan las metas establecidas (cada vez mas abstractas) pero modifican los medios para llegar a ellas.  La tecnología es el campo mas citado de innovación (nuevas máquinas para todo), pero la criminalidad lo es también (nuevos artilugios para delinquir). En este casillero se registran cambios fundamentales.  Aunque las metas abstractas sean como antes el poder y el dinero, estos residen menos en la posesión física que en el perfeccionamiento de sistemas virtuales de manipulación de la conducta y en la invención de otros nuevos.  La velocidad de la innovación es una variable fundamental, que determina ganadores y perdedores.  No existen otros fines que los mas abstractos ni medios (correctos o incorrectos) que no se prueben para alcanzarlos.  Los dueños del poder son los dueños de esa velocidad. Un sistema normativo tiene como función básica el regular la conducta y hacerla predecible.  La anomia sobreviene cuando un sistema normativo no existe porque la innovación tecnológica-social es tan veloz que lo hace caducar.  Los entes reguladores (los estados nacionales y los tratados internacionales) se quedan a la zaga de la innovación.  Cuando los sistemas de regulación son discutidos y promulgados ya son obsoletos. Los intentos de control de la inteligencia artificial (casi todos tardíos o inútiles) son el ejemplo actual mas notable.[5]
  3. El ritualismo se ha vuelto un retroceso: Es característico de individuos o grupos que no toman riesgos ni aceptan tomar una decisión en donde no tengan todas las garantías y, además estén completamente seguros de que van a conseguir lo que desean. En una sociedad dinámica y pos-moderna se quedan cada vez mas atrás.  En este casillero el cambio principal es al extensión y la velocidad de su retroceso relativo.  Un síntoma de este cambio es el declino marcado de las clases medias en países otrora avanzados (EEUU) o en vías de desarrollo (Argentina).
  4. El retraimiento es cada vez mas patológico: Aumenta la difusión de este comportamiento como corolario de los cambios en las casillas anteriores. No se trata de una adaptación sino tal vez una desadaptación total al entorno, ya que estos estratos no tienen ni las metas, ni los medios para hacer realidad los objetivos propuestos. Cunde un comportamiento auto-destructivo por desesperación. Ya a fines del siglo 19 Emile Durkheim hacia hincapié en una forma nueva del suicidio, a saber el suicidio anómico, que hoy toma formas mas variadas. [6]
  5. La rebelión se difunde sin organización: Como escribí en mi artículo anterior, este casillero está fuera del esquema porque representa un mundo nuevo: una visión de otros valores tanto en los fines como en los medios de la existencia humana en el planeta.  Hay personas que no están de acuerdo ni con los medios ni con los fines actuales. Su objetivo es crear una sociedad nueva o modificar radicalmente la actual por otra. Ha sido característico de actitudes revolucionarias. Pero esta forma de contestación es también impactada por la dinámica de la innovación (segundo casillero). Esta no da tiempo a la consolidación de organizaciones contestatarias eficaces. El corolario es preocupante.  La tendencia actual de muchos movimientos contestatarios es la violencia y la brevedad.[7]  La violencia es una forma anómica de comunicación en una sociedad en continuo y veloz movimiento que deja a muchos estratos atrás.  La brevedad de esta forma explosiva del rechazo se debe a la falta de tiempo para desarrollar una organización y la creación de una sociedad alternativa dentro de la sociedad establecida, que otrora era el secreto de los movimientos revolucionarios triunfantes.[8]

Corolario provisorio

Si mis comentarios anteriores tienen un mínimo de verosimilitud, podemos predecir los siguientes comportamientos humanos en el transcurso de este siglo, o al menos señalar las siguientes tendencias.

  • Innovación constante de sistemas de manipulación en manos de elites que acumulan poder y riqueza.
  • Multiplicación y acentuación de grietas políticas a partir de luchas culturales.
  • Uso generalizado de la violencia como medio de comunicación.
  • Multiplicación de movimientos de protesta con poca organización detrás. La difusión veloz de la protesta por las redes sociales no implica ni claridad de enfoque ni persistencia.
  • Multiplicación de conflictos inter-estatales y guerras regionales.
  • Evolución tecnológica acelerada de medios de destrucción tanto puntuales como masivos.
  • Mayor probabilidad de una crisis generalizada y existencial de la civilización denominada a veces “fin del antropoceno.”[9]

Cada uno de estos puntos suscita una posible respuesta para quienes interesa contribuir a evitar el fin del antropoceno.  Indico los interrogantes que pueden llevar a esas respuestas:

PROGRAMA DE ESTUDIO

  • ¿Cómo suturar las grietas culturales y políticas en épocas de polarización?
  • ¿Cómo diseñar medios de comunicación alternativos a la violencia?
  • ¿Cómo diseñar y fortalecer modelos de organización positiva de la protesta?
  • ¿Cómo evitar el estallido de guerras a través de estrategias colectivas de pacificación?
  • ¿Cómo regular y moderar la evolución tecnológica y dirigirla hacia fines pacíficos y saludables?
  • ¿Cómo concientizar a las poblaciones sobre un destino humano sostenible?

Eventualmente, deberemos pasar del ¿Cómo? al ¿Quien? Es todo un programa a desarrollar.


[1] Robert K. Merton, Teoría y estructura sociales, México: Fondo de Cultura Económica, 1960, trad. de la tercera edición en ingles. Publicación original: 1938.

[2] El primero en hacer hincapié en esta característica fue Jean (Bill) Baudrillard junto con otros filósofos franceses en 1985. Ver https://www.tate.org.uk/research/tate-papers/12/les-immateriaux-or-how-to-construct-the-history-of-exhibitions

[3] Elon Musk, el hombre mas rico del mundo, aspira a colonizar otros planetas pero se desentiende del suyo (excepto para ganar plata) y del destino humano que contiene.

[4] Es la consecuencia lógica de una característica del capitalismo moderno que Joseph Schumpeter llamaba “destrucción creativa.”

[5] Ver la intervención del secretario general de la ONU Antonio Guterres sobre este tema: https://news.un.org/es/story/2023/07/1522542

[6] https://www.sijufor.org/uploads/1/2/0/5/120589378/el_suicidio_-_durkheim_emilie.pdf

[7] El caso mas notable ha sido la “primavera árabe”, que estalló en muchos países autoritarios del mundo árabe desde 2010 al 2012, y luego se esfumó.  Ver al respecto https://es.wikipedia.org/wiki/Primavera_%C3%81rabe_(2010-2012)

[8] El caso paradigmático fue la revolución china (1927-1949).

[9] Ver https://es.unesco.org/courier/2018-2/antropoceno-problematica-vital-debate-cientifico

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