Diálogo Imaginario entre la Reina Isabel y el Papa Francisco

– Muy buenos días, Su Majestad.
– Es excelente conocerlo, Su Santidad.
– Permítame ofrecerle un regalo.
– Es usted muy amable.
– Se trata de un grabado que me fue obsequiado hace algunos años por un ciudadano argentino expatriado y residente en los Estados Unidos. Es un documento único: un croquis de unas islas que hace treinta años fueron un casus belli entre el Reino Unido y la República Argentina.
ESCUDO DEL PAPA FRANCISCO

CARTE DES ISLES MALOUINES

– Fue un episodio aciago; pero este grabado parece mucho más antiguo.
– Efectivamente. No tiene fecha, aunque es casi seguro que fue trazado a mediados del siglo dieciocho por algún cartógrafo anónimo.
– En aquella época, nuestro Reino dominaba los mares y no existía la Argentina.
-Britannia Rules the Waves, según recuerdo el refrán que me fue enseñado cuando estudiaba ingles en la Asociación Cultural Inglesa de Buenos Aires.
-Francisco, en 1982 el lema ya no era cierto pero si era cierto este otro: Argentina waived the rules.
-Señora, tiene Ud. razón en su ocurrencia. Como pastor de almas yo no puedo estar de acuerdo con el uso de la fuerza, aunque se crea tener razón.
-Como soberana creo que la fuerza debe ser siempre la última razón y nunca la primera. Ultima ratio, decían los romanos.
-Sin embargo, en el pasado su reino y mi iglesia, igual que los romanos, abusaron de la fuerza. Los jefes militares de mi país pensaron que habían agotado las tratativas diplomáticas para la eventual devolución de las islas a la Argentina.
-Francisco, tanto ellos como nosotros sabíamos que no era así. Lo que habían agotado era la paciencia de su pueblo por los desmanes que habían cometido; agitar la bandera fue un expediente político.
-También lo fue la respuesta de la Dama de Hierro, cuyas dificultades internas podrían ser olvidadas con una buena guerra en las antípodas.
-En mi largo reinado he aprendido una cosa: cuando los políticos agitan las banderas el honor se vuelve un manto que cubre la billetera.
-Creo que fue uno de los pares de su reino quien dijo: “el patriotismo es la última guarida de los sinvergüenza.”
-La frase se debe en realidad a un celebrado escritor nuestro, Samuel Johnson, que escribió en 1775: “Patriotism is the last refuge of a scoundrel.”
-Y uno de los nuestros, también muy celebrado, Jorge Luis Borges (Georgie, en inglés para sus amigos) declaró, antes de las hostilidades, que la disputa de las Malvinas era una pelea entre dos calvos por un peine.
-Pero después de las hostilidades es muy difícil hacer bromas.
-Como sacerdote sé muy bien que la sangre del sacrificio hace que una causa sea sagrada.
-Toda guerra, Francisco, tiene una dimensión sagrada. No hay devoción más sincera que el dar la vida. Hoy hasta al sacrificio lo han abaratado: hay mártires por doquier y por cualquier cosa. Por eso hay que evitar el derramamiento de sangre.
-La verdadera religión es la que supera el sacrificio sangriento y no la que lo provoca.
-Nuevamente estamos de acuerdo. Al final de cuentas, los dos somos guardianes de la fe. De todos mis títulos, el que más me place es este: “Elizabeth II Dei Gratia Regina Fidei Defensor.”
-En el mundo de hoy, infectado de terrorismo, y en el de siempre, la lucha a muerte ha dado sentido al sinsentido.
-Le haré una confesión, Francisco: antes de la invasión, mi Reino estaba a punto de desarmar la flota de guerra y el Tesoro británico, en pos de economías, bogaba porque nos desentendiéramos de la posesión en las Islas Falklands.
-¿Quiere Ud. decir que, con paciencia, los argentinos hubieran podido vislumbrar que las Falklands se volvieran finalmente Malvinas?
-Por razones de estado no puedo darle una respuesta tajante pero sí puedo contarle que el honor se antepone al interés, y hasta una ex-potencia no puede someterse a una pre-potencia.
-Ni los vencidos olvidar a sus camaradas caídos.
-Lo que siguió todos los sabemos.
-Y dio por resultado el dolor, la intransigencia, y el impasse.
-No olvidemos tampoco las múltiples ironías.
-Hagamos una lista:
-1. La Marina de Su Majestad debe a los generales argentinos el haber evitado el desguace.
-2. El pueblo argentino le debe a las armas inglesas el poder sacarse de encima a una banda de asesinos.
-3. La Señora Thatcher, amiga del dictador Pinochet, provocó en la Argentina un retorno a la democracia.
-4. Los kelpers de las islas –normalmente ignorados– le deben a la posguerra un mejor nivel de vida: escuelas, rutas pavimentadas, y buenos subsidios.
-Como digo con frecuencia en Roma: El Señor nos lleva por caminos sorprendentes y desconocidos.
-Volvamos al grabado.
-Se trata de una carta náutica titulada “Carte des Isles Malouines.” El cartógrafo francés dibujó un croquis vago, ya que las islas no eran bien conocidas, e hizo dos indicaciones: los puntos A y B.
-Ya veo. Parece que están escritos en francés antiguo.
-Efectivamente. Yo leo:

CARTE DES ISLES MALOUINES
Nommés par les Anglois, Isles Falkland
A: Lieu ou etoit l’établissement François occupé aujour d’hui par les Espagnols.

-Y en el ángulo superior derecho?

Les points B sont ceux ou l’on soupçone que les Anglois sont établis.

-La interpretación es clara. Las islas fueron descubiertas por los pesqueros de St. Malo, de la costa de Normandía, que le dieron su nombre. Cuando luego llegaron los españoles, adoptaron su propia versión del nombre: Malvinas. Se asentaron en una bahía que los malvinos habían denominado Baye Françoise. Luego vinieron marinos ingleses, que se instalaron en otra bahía al Noroeste.
-Quiere decir que desde sus comienzos humanos, estas islas fueron multinacionales, multilingües y ambiguas hasta en su determinación cartográfica.
-Por eso le ruego Señora que en esta discusión retrocedamos a un periodo anterior a la diversidad y ambigüedad humanas.
-¿Quiere Ud. decir, cuando sólo la habitaban los pingüinos?
-Y no sólo los pingüinos sino las colonias de tantas aves de mar y, en sus costas, los lobos marinos, las focas elefantes, las ballenas azules, y un sinfín de peces.
-Hoy –me dice mi hijo Carlos, que es un ferviente ecologista– muchas de estas especies se ven amenazadas.
-El pingüino magallánico va camino de la extinción. Y toda la cadena natural de alimentación está acosada por la contaminación, el calentamiento global y la sobre pesca.
-Obras todas humanas.
-De una humanidad que no respeta la creación. ¿Por qué entonces no hacer de la protección de estos seres indefensos una tarea común para sentar las bases de una paz duradera?
-Me interesa la cuestión pero no interesa a nuestros respectivos gobiernos.
-Es verdad, ya no hay más estadistas sino políticos que se sienten obligados a gestionar el corto plazo, pensar en la próxima elección.
-Pero nosotros dos no estamos sujetos a la premura de estos tiempos.
-Hemos sido ungidos, no elegidos.
-Nuestros cargos son de por vida que, en nuestro caso, está tocando a su fin.
-Por eso mismo, en tanto ancianos, podemos darnos el lujo de pensar en nuestros nietos, bisnietos, y tataranietos.
-Espero que en su caso, Francisco, sea sólo una descendencia espiritual.
-Desde luego. No hace mucho he tenido un sueño –tal vez enviado desde el cielo, o desde la memoria de mi país natal.
-¿Puede Ud. compartirlo?
-Vi a mi país natal convertido en tierra de prosperidad y paz, sin crispación entre sus ciudadanos. Después de perdonarse los unos a los otros iniciaron un proceso de verdad y reconciliación con su Majestad, inspirados en Nelson Mandela. Así habían logrado la devolución de las islas que les fueron finalmente reconocidas por herencia geográfica e histórica.
-¿Así no más?
-No, sólo después de un largo y difícil proceso de colaboración en la defensa común.
-¿Defensa contra quién?
-Contra el mundo actual, depredador del medio ambiente. Nuestras dos marinas de guerra habían logrado juntas romper el bloqueo.
-¿De qué bloqueo está hablando?
-Del que han establecido las grandes flotas pesqueras del mundo, todo a lo largo del mar patagónico, a doscientas millas de la costa.
-¿Podemos ver hoy ese bloqueo?
-Con sólo jugar con Google. Las fotos nocturnas tomadas por satélites muestran una línea de luz generada por esa flota multinacional y funesta que pone en peligro la vida en el mar. En mi sueño, las patrullas anglo-argentinas impusieron su voluntad y limitaron las cuotas de pesca, en nombre de un valor trascendente: el patrimonio de la humanidad.
-Hasta aquí su sueño, Francisco, que hace honor al santo que lo ha inspirado.
-El pobrecito de Asís.
-¿Qué pasos habría que dar para que su sueño se haga realidad?
-El primero sería un solemne pacto de no agresión.
-Yo propondría un segundo: la solemne consagración de un cementerio común que honre a los caídos por ambas partes.
-Me gusta el gesto: seria parecido a la fundación por Abraham Lincoln del primer cementerio nacional, con su oración famosa.
-Y eso antes del fin oficial de la guerra civil.
-Y con un discurso que duró dos minutos.
-Debería ser un ejemplo para nuestros políticos.
-Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
-Después vendría un gesto espectacular y generoso por parte de la Argentina.
-Me sorprende. Ni su país ni el mío son especialmente generosos estos días.
-Tal vez un Papa podría convencerlos. Se trata de la otorgación simple y lisa, unilateral y sin condiciones, de la ciudadanía argentina a todos los nacidos en las islas, si y cuando lo deseen, a través de una simple solicitud online.
-Pero para nosotros son británicos.
-Y no dejarían de serlo. Hoy en día la doble ciudadanía es común. Podrían viajar con dos pasaportes. Yo he renovado el mío como ciudadano argentino, aunque soy jefe del Estado Vaticano. Hoy ciudadanía y soberanía son conceptos relativos, a causa de la globalización.
-Bueno, Francisco, en este ejercicio hemos dados tres pasos: no agresión, ciudadanía compartida y colaboración militar en defensa del medio ambiente. Como Reina desearía que al final de este proceso imaginario, todas las islas atlánticas del Sur, aunque pertenezcan a la Argentina, sea también parte del Commonwealth, como lo son tantos países que no por ello ceden su soberanía.
-Me gusta la idea porque creo que hubo dos tipos de colonialismo inglés: uno muy desagradable, que es la imposición imperial a poblaciones nativas; y el otro, más clásico, que fue el establecimiento de colonias con nuevos residentes. Así lo fueron las colonias griegas en el Sur de Italia, en la Antigüedad.
-Y las trece colonias norteamericanas, que nos dieron que hacer en el siglo dieciocho.
-Y entre nosotros, las colonias italianas en Santa Fe y las judías en Entre Ríos.
-¿Hubo gauchos judíos?
-Por supuesto; ¿porque no debería haber kelpers argentinos?
-¿Y cuál sería, Francisco, la meta final de este recorrido imaginario?
-Nada menos, Señora, que la tutela de la vida en el magnífico extremo de todo un continente.
-Elevado propósito Su Santidad.
-Elevada nuestra responsabilidad Su Majestad.

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