DE PERSEGUIDORES Y PERSEGUIDOS: BREVE NOTA METAFORICA

Considero en esta nota dos diásporas contemporáneas y un tercer destino que, aunque triste, podría superar el círculo infernal de la persecución y la revancha.

Diáspora judía luego solucionada parcialmente con la fundación de Israel en 1948

Diáspora palestina que se acrecentará después de la actual guerra (2024)

En Medio Oriente –zona de extensos desiertos—dos imágenes se imponen como metáforas:  el oasis y el espejismo.  En el conflicto actual entre el Estado de Israel y la organización Hamas que pretende liderar la resistencia palestina, esas dos imágenes están presentes.

 Una y otra vez las potencias del mundo resucitan la “solución” de dos estados como una salida de paz, actual o eventual.  Por el momento esa no es más que un espejismo, tan poco efectivo como irreal, al menos como lo plantean[1].  Otra lejana solución se vislumbra: la de sendos oasis (dos estados acotados en Palestina e Israel) como puntos de referencia, en el terreno, de diásporas más amplias a lo ancho del planeta. La solución de un solo y amplio estado multi-étnico y pacífico sería ideal (la unidad de los contrarios), pero es, me temo, un espejismo mayor, es decir un sueño irrealizable, muy lejano de la geopolítica real.

En 1949 Jorge Luis Borges publicó un cuento en el que pienso con frecuencia.  Es la terrible y triste historia de la rivalidad entre dos teólogos: Aureliano y Juan de Panonia.[2] El primero es superado una y otra vez por el segundo, mas docto, en la exposición y denuncia de varias herejías, hasta que al final, Aureliano comenta una de esas herejías donde cita una frase escrita años antes por su rival. El texto  en otra época fue ortodoxo.  Pero en las nuevas circunstancias aquellas palabras son interpretadas como heréticas.  Aureliano es obligado a nombrar al autor, su rival, y éste es condenado.  Juan de Panonia muere una muerte atroz en la hoguera y Aureliano, su acusador ambiguo, sobrevive en una larga vida errante en la que purga su pena.  Un día un rayo cae del cielo tormentoso y el siguiente incendio consume a Aureliano en una hoguera similar al de su enemigo años atrás. ¿Qué sucede luego? Los dos rivales muertos quemados en sendas hogueras se encuentran en el cielo, donde el Dios que los cobija hace caso omiso de sus diferencias. La indiferencia divina les muestra la futilidad del odio y revela la estupidez de la crueldad humana. Para la benevolencia de Dios, detrás del crimen se esconde siempre un error. A pesar de las diferencias somos todos iguales: e pluribus unum.

El cuento de Borges es a mi juicio una parábola del odio continuo y circular (como en la herejía de los monótonos que consiste en predicar «que la historia es un círculo y que nada es que no haya sido y que no será «) entre judíos y palestinos.  Se intercambian puestos de víctimas y victimarios, perseguidores y perseguidos, cuando el “Nunca Más” se transforma en “Otra Vez”.  Ambos bandos actúan apasionados por la justicia y la venganza, por senderos que no conducen a nada. 

Se le atribuye a Jean-Paul Sartre, por boca de un personaje, la expresión “el infierno son los otros.”  Yo agregaría que el cielo sólo abre sus puertas cuando nos damos cuenta que si seguimos por la vía del odio y la grieta, el infierno somos nosotros.

Me permito la insolencia de transcribir el último párrafo del cuento de Borges en esta clave, pero cambiando algunos nombres.  Esta versión es mi propia herejía:

“El final de la historia sólo es referible en metáforas, ya que pasa en el reino de los cielos, donde no hay tiempo.  Tal vez cabría decir que el palestino conversó con  Dios y que Este se interesa tan poco en diferencias religiosas o étnicas que lo tomó por hebreo.  Ello, sin embargo, insinuaría una confusión de la mente divina.  Mas correcto es decir que en el paraíso, el palestino supo que para la insondable divinidad  él y el hebreo (el aborrecedor y el aborrecido, el acusador y la víctima, el desplazado y el desplazador) formaban una sola persona.”

¿ Podrá esta unidad de los contrarios ser consuelo y esperanza de que algún día la paz pueda realizarse en la tierra y no sólo en el cielo? Volvamos a la geopolítica.

Hablando de diásporas y sobre la unidad de los contrarios, yo diría que tardará mucho en nacer si es que nace, una reconciliación verdadera entre los dos bandos, Israel y Palestina. ¿Seguirán acaso cometiendo errores y crímenes hasta el final de sus días?  Tal vez el futuro les depare a cada uno una media solución tercera: para ambos sería el modelo, o el destino, naturalmente modificado, de la diáspora armenia: dos estados acotados y con fuertes garantías de seguridad, como oasis de sendas dispersiones planetarias.

En el mapa que sigue  se puede ver el puntito negro que marca lo que queda del estado armenio muy reducido pero nada desagradable –algo así como un oasis-mientras la mayoría de la población se encuentra dispersa, igual que las semillas, a los cuatro vientos del planeta.  ¿Será posible para cada uno de estos otros dos pueblos? ¿Será probable? ¿Valdría la pena?

Diáspora armenia en los países coloreados

¿Cuáles serían las condiciones para una paz más duradera en Medio Oriente sin desatender las justas pretensiones palestinas y las justas garantías de seguridad de Israel? No se trata aquí de un espejismo, sino de un compromiso regional e internacional aceptable.

Primero: Un decidido esfuerzo de los estados vecinos árabes de normalizar sus relaciones con Israel y de extender los lazos comerciales y de seguridad con el estado hebreo.

Segundo:  un reemplazo del gobierno de Netanyahu por uno más inclusivo y más idóneo.

Tercero: un esfuerzo mancomunado y decidido de los estados árabes a reconstruir la franja de Gaza en un pequeño estado modelo, próspero, y con puerto de mar, desarmado pero protegido por sus sponsors árabes en materia de seguridad.

Cuarto: Un esfuerzo similar en la banda occidental del Jordán para formar una federación jordana con el reino vecino y con la salida optativa y negociada de los asentamientos israelíes ilegales en ese territorio.

Quinto: un esfuerzo internacional y coordinado para recibir la diáspora palestina en diversos países avanzados.

No estoy viendo un espejismo.  Pero estoy soñando, y es bueno hacerlo de vez en cuando.


[1] Es el argumento de Tareq Baconi, “The Two-State Solution Is an Unjust, Impossible Fantasy,” The New York Times, 2 de abril 2024. Para una posición mas realista (no espejista) conviene leer un reciente articulo  en Foreign Affairs (12/04/2024) “The Only Way for Israel to Truly Defeat Hamas”, por Ami Ayalon.

[2] Jorge Luis Borges, “Los teólogos,” Obras Completas, Buenos Aires: EMECE, 1974, pp.550-556.

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