Citas

_ – Acerca de salvar a los pueblos y a los mercados
_ – Acerca de la credibilidad de las calificadoras de riesgo
_ – Acerca de un pequeño detalleAcerca de salvar a los pueblos y a los mercados

No era un espectáculo agradable ver al grupo de dirigentes europeos encerrados un domingo por la tarde para cerrar un pacto antes de que abriera la bolsa. Era un poco la caricatura del sistema financiero liberal. Da la impresión que para salvar los pueblos, como en el caso griego, nadie es capaz de ponerse de acuerdo. Pero cuando peligran las bolsas y los mercados, sí. Por eso el plan de rescate de Grecia ha sido tardío, hecho con muchas dudas y su tardanza ha hecho que las dudas vayan ahora a instalarse en Portugal y España. Con Grecia hacía falta un plan, claro, pero no sé si así de drástico, porque si desencadena una crisis social, no servirá.

Martine Aubry

Acerca de la credibilidad de las calificadoras de riesgo

En una reciente comisión parlamentaria, ex empleados de S&P y Moody’s denunciaron que las firmas de Wall Street les presionaban para que los controvertidos paquetes a base de hipotecas sub prime fueran calificados con la nota más alta. Si no, les amenazaban con ir a otra firma rival para conseguir esa valoración, lo que se traducía en una pérdida de ingresos para la compañía calificadora.

Sandro Pozzi, El País

Acerca de un pequeño detalle

Para calmar los encendidos ánimos de los contribuyentes, algunos de los sectores más subsidiados intentan deslizar la idea de que, en realidad, se ha tratado sólo de un préstamo y que el dinero se devolverá. “Hemos pagado totalmente y con intereses”, dice estos días el risueño presidente de General Motors en un anuncio emitido por las grandes cadenas de televisión. El gigante de Detroit ha devuelto 6.700 millones de dólares a los gobiernos estadounidense y canadiense, cinco años antes de lo anunciado. Se le olvida un pequeño detalle: la automovilística sólo ha restituido los préstamos que le otorgaron. Pero no ha devuelto ni un centavo de los 45.000 millones de dólares que inyectó el Estado y por los que recibió el 61% del capital, convirtiendo a la fuerza al contribuyente estadounidense en su mayor accionista; ni ha pedido disculpas a los acreedores a los que forzó a aceptar importantes quitas, ni a los miles de accionistas que arruinó o a los trabajadores que despidió.

Ramón Muñoz, El País, España

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