Un nuevo mapa geopolí­tico emerge

El mundo ha entrado en una fase acelerada de recomposición de fuerzas. El proceso es desordenado y trae secuelas funestas, ya que conflictos y divisiones debilitan la capacidad humana de enfrentar problemas comunes y agudos.Si Julio Cesar viviera en nuestra época, escribiría: “Mesopotamia divisa est in partes tres.” Porque, estimados lectores, Irak simplemente ha dejado de existir. Un país creado por el artificio de las potencias occidentales en los años tempranos del último siglo, solo se ha sostenido en su integridad por la mano férrea de un cruel dictador, y luego, cuando éste fue derrocado por una masiva ocupación extranjera, que, a pesar de los miles de millones de dólares malgastados, del alto costo en vidas y recursos, no pudo lograr reconstruir una verdadera nación, malgrado la fantasía de los improvisados estrategas neo-conservadores norteamericanos que lanzaron a la superpotencia supérstite de la Guerra fría, a una aventura descabellada y cruel. Hoy, a once años de esa quijotada, las consecuencias son visibles en forma dramática y contundente.

Del anterior Irak quedan tres partes: el Kurdistán, rico en petróleo, en relaciones ambiguas y/o conflictivas con Turquía, pero apoyado desde hace varios anos y en forma “discreta” por Israel; un centro sunita, antiguo baluarte de Saddam Hussein, el derrocado tirano, que hoy ha caído en manos de una insurgencia virulenta, con el apoyo tácito o explicito de Arabia Saudita y los emiratos árabes, y finalmente, el reducto de la mayoría chiita, que tiene dificultades en controlar la capital –Bagdad—y que esta apoyado por las fuerzas armadas de Irán, con la connivencia de una resurgente Rusia nacionalista y agresiva.

Esta división tripartita en si misma no es estable, ya que las distintas partes son enemigas, participan de alianzas frágiles, y son apoyadas por potencias e intereses extranjeros tan contradictorios como cambiantes. El emergente Sunistan, por ejemplo, ha caído en manos de un movimiento extremo dispuesto a restaurar el califato medioeval, a mas de cinco siglos de la caída de Granada y su rey Boadbil. En suma, el Medio Oriente ha entrado en una fase de prolongada anarquía, con secuelas funestas en el mapa mundial mas extenso. La retirada norteamericana de su aventurismo externo, la debilidad e impericia europeas en material de política internacional, y el ascenso del poder chino, entre otros factores, estimulan el desorden geopolítico por doquier, con extraordinarios y múltiples focos de violencia que trascienden las fronteras. El mapa geopolítico del planeta esta en pleno proceso de des-dibujado. El peor peligro es que una humanidad tan convulsa no sea capaz de afrontar los desafíos ecológicos, demográficos, y sociales que la acosan.

Propongo los siguientes corolarios:

– La seguridad de Israel está garantizada, no por la política avizora de su gobierno, que lamentablemente falta, sino por el desorden y las luchas fratricidas de sus enemigos.

– La importancia de Irán como potencia regional en Medio Oriente seguirá en aumento, con gobiernos un poco mas sofisticados y dispuestos a negociar, en especial con Europa y los Estados Unidos.

– La recuperación de Rusia como petro-estado autoritario con poderío regional es un hecho incontrovertible. Frente a una OTAN expansiva en el frente diplomático pero débil en pertrechos militares, Rusia (cada vez mas fuerte en el frente militar y con disponibilidad de recursos estratégicos) ha de recomponer alianzas que en la fenecida Unión Soviética formaban el Pacto de Varsovia, pero que hoy será un cordón sanitario de países neutrales (o mejor dicho neutralizados) en su inmediata periferia.

– El dominio de China en Extremo Oriente continua creciendo. China se perfila como un poderoso hegemon regional, pero todavía renuente a echar su peso en el tablero global.

– América Latina continuará en su larga tradición de marginalidad pacífica frente a los grandes conflictos mundiales, con un acercamiento entre las políticas de régimen socio-económicos distintos, en el que los gobiernos populistas corregirán el rumbo hacia políticas mas favorables a la inversión y los mercados, y los países mas abiertamente capitalistas deberán corregir el rumbo hacia horizontes de mayor equidad social e inversiones públicas.

– El peligro de descontrol de focos de conflictos regionales irá en aumento, con alta probabilidad de guerras regionales con intervenciones externas de carácter modular. Aumentará la probabilidad de errores de cálculo, que como siempre producirán consecuencias nefastas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *