El desafí­o de la inclusión productiva (microemprendimientos y emprendimientos inclusivos)

La sola intervención financiera es generalmente insuficiente para transformar la realidad de los microemprendimientos: se impone coordinar la acción microfinanciera con otras críticas intervenciones que la potencien como acción transformadora. Es necesario asegurar a micro y pequeños productores una demanda sostenida con precios compensatorios que les permita mejorar niveles de vida e integrarse a una trayectoria de desarrollo sustentable. ¿Cómo lograrlo? (microemprendimientos y emprendimientos inclusivos) [[Presentación para el Seminario Internacional Inclusión financiera y productiva, Lima, 28 de febrero 2011, celebrando los 25 años de actividad del IDESI en Perú]]

La realidad de un microemprendimiento no es unidimensional sino, como toda unidad productiva, se expresa en múltiples dimensiones. Existe una dimensión financiera pero también otras dimensiones como la del conocimiento, las relaciones y contactos con su entorno, la productiva-tecnológica, la comercial y de acceso a los compradores de sus productos, la de gestión de la unidad, la de conocer oportunidades y saber o poder aprovecharlas. Además, el microemprendimiento es también una unidad de consumo familiar por lo que dimensiones propias de la vida de una familia (como alimentación, educación, salud, seguridad, relaciones internas y sociales, sus creencias, afiliaciones, grados de resiliencia, actitudes, comportamientos) se superponen con las de la unidad productiva. Esta doble naturaleza de una única realidad – familia del pequeño productor y su microemprendimiento- genera tensiones en cuanto al uso de los magros ingresos ya que debe cubrir tanto necesidades básicas como requerimientos del giro comercial.

Esta mirada comprehensiva (holística) de la realidad de un microemprendimiento alerta sobre las limitaciones que podrían afectar acciones orientadas a sólo superar una de las muchas restricciones que sufren micro y pequeños emprendedores. Si se “resolviese” un aspecto pero no se encarasen otros que también hacen a su viabilidad económica, el impacto sería limitado o en algunos casos el esfuerzo podría llegar a ser fútil.

Por otra lado, es difícil encarar en simultáneo todos los apoyos que una realidad tan agredida requeriría. De ahí que haya que focalizar la intervención en un conjunto de acciones estratégicas bien seleccionadas que, complementándose, fuesen capaces de facilitar la transformación de las adversas circunstancias. No vale creer que con una sola acción podremos realmente abatir pobreza pero, tampoco, caer en muy complejos esfuerzos de múltiples acciones que son difíciles de iniciar y coordinar. Para referir esta reflexión a nuestra temática, podríamos afirmar que no son pocos los casos en los que la sola intervención financiera sería insuficiente para transformar la realidad de los microemprendimientos: en esos casos se impone coordinar la acción microfinanciera con otras críticas intervenciones que la potencien como acción transformadora.

La viabilidad económica de los tomadores de microcréditos

La experiencia con los microcréditos ha sido muy valiosa [[Las valiosas contribuciones del microcrédito son reseñadas en numerosas publicaciones, incluyendo algunas publicadas por Opinión Sur, por lo que no se enumeran en este artículo]] pero aun queda mucho y distinto por desarrollar. Lo realizado hasta el presente no es un proceso acabado sino más bien una avenida abierta que corresponde seguir recorriendo, profundizando y transformando. Un proceso que se cristaliza, que pierde su dinamismo, que no se transforma en consonancia con los nuevos tiempos, valores y oportunidades, termina siendo un proceso que se agota en sí mismo.

A través de financiar microemprendimientos, el microcrédito irriga los vasos capilares de la economía; el desafío es también mejorar la relación de los microemprendimientos con las arterias del sistema económico que les posibilite una trayectoria sustentable de desarrollo. Esto exige articular las microfinanzas [[Es necesario aclarar que “articular” no significa “gestionar”. Mal harían las entidades microfinancieras de agregar a su campo y carga de trabajo responsabilidades de asistencia en ingenierías de negocios, gestión corporativa, acceso a mercados, etc. Lo que se propone es que las microfinancieras sean activas promotoras de que esos otros críticos factores sean debidamente encarados.]] con otras acciones estratégicas bien seleccionadas que aseguren a micro y pequeños productores obtener una demanda sostenida con precios compensatorios. Mayores y sostenidos ingresos podrán mejorar niveles de vida y acceder a ciclos de formación de capital que conviertan a frágiles microemprendimientos en unidades productivas sustentables.

La realidad enseña que, en un buen número de casos, el acceso a mejores oportunidades no se logra con sólo disponer de un pequeño financiamiento; puede decirse que es una condición necesaria pero no resulta suficiente. Se requiere disponer de otros factores tan o más críticos que los financieros, como conocimiento de excelencia, contactos útiles, acceso a la información apropiada, moderna y efectiva gestión y, de suma importancia, contextos macro y meso económicos favorables.

Siendo que la mayoría de microemprendimientos carece justamente de casi todos o todos esos factores críticos no financieros, su viabilidad económica está muy comprometida. De este modo, si no se encontrasen formas para que sus clientes accediesen a esos factores no financieros, los programas de microfinanzas estarían siempre expuestos a la vulnerabilidad de una situación estructuralmente inestable. Así como el sobre endeudamiento de las clases medias condujo a burbujas especulativas en los sectores hipotecarios y de tarjetas de crédito que al implosionar llevaron a la crisis global, bien podría suceder que si no se asegurasen condiciones de viabilidad a los microemprendimientos, otras burbujas pudieran estar generándose a nivel de la base de la pirámide[[Véase el caso de la India en el artículo [El microcrédito, objeto de creciente escrutinio político->https://opinionsur.org.ar/wp/el-microcredito-objeto-de-creciente-escrutinio-poli%C2%ADtico/.

En ambas situaciones, la forma de evitar burbujas financieras pasa por generar un más prudente balance entre endeudamiento e ingresos genuinos, lo cual implica ajustar un gran número de importantes variables para posibilitar que se generen ingresos genuinos adicionales: desde políticas macroeconómicas orientadas hacia pequeños productores (gasto público que financie su infraestructura social y productiva, sistema impositivo no regresivo y política monetaria que asegure estabilidad y acceso al crédito), pasando por el comportamiento responsable de empresas líderes de cadenas productivas para con su cadena productiva, hasta llegar a acciones directas de apoyo a la pequeña producción. El objetivo es transformar la dinámica concentradora que hoy prevalece en nuestros países del Hemisferio Sur desde dos complementarias perspectivas: (i) redistribuir ingresos y (ii) promover la generación desconcentrada de riqueza movilizando el talento y la capacidad productiva de la inmensa base de micro y pequeños productores [[Ver artículo Inclusión social: [redistribuir ingresos y generar riqueza desconcentradamente->https://opinionsur.org.ar/wp/inclusion-social-redistribuir-ingresos-y-generar-riqueza-desconcentradamente/ .

Muchas de las carencias van asociadas con la pequeña escala de los emprendimientos por lo que subir la escala es fundamental. Sin embargo, esas mismas carencias hacen prácticamente imposible que microemprendimientos aislados, con las excepciones que siempre existen, puedan acumular, capitalizarse y subir de escala. De ahí que se hayan intentado diversas formas de asociatividad con resultados diversos: algunas exitosas, que sirven de ejemplo y referencia, y otras fracasadas, penosamente valiosas porque permiten apreciar errores para no reincidir en ellos.

Una opción que se suma a otras soluciones: los emprendimientos inclusivos

La simple agregación de pequeñas unidades con el ánimo de obtener escala, no entraña el cambio cualitativo necesario para aprovechar mejores oportunidades. Es que no se trata de “amontonar” pequeños productores para lograr número. Se requiere conformar eficientes organizaciones económicas de porte medio que permitan a micro y pequeños productores acceder a los críticos factores no financieros. Será necesario imaginar, y luego implementar, formas de incorporar para beneficio de conjuntos de productores pequeños, conocimiento de excelencia, gestión efectiva, contactos útiles, información apropiada. Una posible modalidad es acercar un socio estratégico capaz de proveer y transferir ese know how, complementando y catalizando lo mucho que en talento y trabajo micro y pequeños productores aportan al proceso productivo.

Claro que un socio estratégico de esas características estaría en posición de hacer valer su mayor poder relativo y establecer una relación desigual (a veces de explotación) con el colectivo de pequeños productores. De ahí que sea crítico la forma de estructurar el nuevo emprendimiento (su naturaleza, forma de funcionar y relaciones entre las partes) de modo de asegurar que será una iniciativa de mutuo beneficio (win-win): un tipo de emprendimiento inclusivo de tamaño medio que articula un colectivo de pequeños productores con un socio estratégico en base a relaciones de equidad.

Pero ¿quien estaría en condiciones de promover y establecer este nuevo tipo de actor económico? No es imposible pero es difícil que los pequeños productores por su cuenta puedan lograrlo, aun cuando llegasen a conformar alguna suerte de asociación porque, justamente, necesitarían disponer de un mayor grado de contactos, de conocimiento, de información, de efectiva gestión, de capacidad para identificar y aprovechar mejores oportunidades. De ahí la propuesta de conformar desarrolladoras de emprendimientos inclusivos como un mecanismo especializado en promover este tipo de emprendimiento productivo. Un instrumento innovador apropiado a nuestras circunstancias y con el mandato expreso de movilizar productivamente a enormes segmentos de la población hoy rezagados, postergados o excluidos de una trayectoria de desarrollo sustentable.

Cómo armarlas, qué apoyos movilizar, cuál sería su forma de funcionar, cómo lograrían alcanzar autonomía financiera de modo de convertirse en capacidad instalada local con vocación y capacidad de permanencia, es algo para trabajar caso por caso [[Rasgos generales del nuevo instrumento pueden consultarse en el artículo [Desarrolladoras de emprendimientos inclusivos->https://opinionsur.org.ar/wp/desarrolladoras-de-emprendimientos-inclusivos/ .

Posibles roles adicionales de los emprendimientos inclusivos

Como final de esta presentación cabe enunciar (queda para otra oportunidad un análisis en profundidad) dos posibles roles adicionales de los emprendimientos inclusivos.

Por un lado, los emprendimientos inclusivos surgen en territorios donde existe un enorme número de microemprendimientos. Si se los estructura adecuadamente, buena parte de los efectos multiplicadores generados por emprendimientos inclusivos pueden orientarse hacia esos microemprendimientos asegurándoles una demanda sostenida a precios compensatorios por los bienes o servicios que ofrecen, hoy una de los mayores problemas que restringen su capacidad de crecimiento. El emprendimiento inclusivo actuaría como otro motor de desarrollo sustentable de la base del aparato productivo. Sirva como ejemplo una franquicia de hosterías familiares rurales (el emprendimiento inclusivo) que promueve y facilita que sus pasajeros utilicen bienes o servicios de micro y pequeños productores en materia de cabalgatas, guías turísticos, servicios culturales (folklore, relatos, teatro, museos locales), alimentos frescos para las hosterías, entre muchos otros.

Por otra parte, si el emprendimiento inclusivo es exitoso lograría acceder a un proceso de acumulación que podría dedicarse a reforzar su propia formación de capital de modo de asegurar un sostenido desarrollo. Sin embargo, una parte del excedente económico podría aplicarse como capital semilla de otros emprendimientos inclusivos de su misma cadena de valor: en esa condición actuaría como un nodo de acumulación e inversión en proyectos complementarios activadores de la economía local y su comunidad.

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