Dar vuelta la perspectiva para habilitar un mejor rumbo y forma de funcionar

El proceso concentrador de la riqueza y de las decisiones provoca nefastas consecuencias sociales y ambientales. Un factor importante para desmontarlo es desafiar la perspectiva que imponen quienes dominan; con ello se fortalece la posibilidad de concebir y establecer nuevas políticas a favor de la humanidad y el cuidado del planeta.

El sendero impuesto por el proceso concentrador lleva a destructivas encerronas, caminos sin retorno que castigan a la humanidad y afectan destructivamente al planeta. Es imprescindible comprender las causas y consecuencias de esta alienada marcha; en particular desenmascarar los intereses y otras motivaciones camuflados en la perspectiva impuesta por los dominadores.

Señalan como si fuera una verdad indiscutible que el sistema productivo, financiero, cultural y educativo, entre otros como salud, energía, comunicaciones y demás, deben guiarse por el criterio ordenador de maximizar el lucro. Ocultan que ese criterio tan sólo favorece a grupos minoritarios y perjudica a inmensas mayorías. 

Existen otros criterios para organizar sistemas que aseguren un justo beneficio para todos los actores sociales.  Es un enfoque que no desvaloriza actividades sino las regula para desmontar la desaforada concentración de la riqueza y de las decisiones que predomina en el mundo. Es que las sociedades a través de los sistemas políticos que establecen tienen derecho a incidir sobre lo que se realiza, con qué propósito y a quienes se beneficia. Sistemas que están lejos de asfixiar la iniciativa y creatividad individual, sino que establecen un rumbo y una forma de funcionar orientada al bienestar de todos, no sólo de los grupos concentrados. Es inaudito que unos pocos vivan en una indignante opulencia mientras naciones enteras tan solo sobreviven en la pobreza y el sometimiento.

Revertir una perspectiva de sometimiento no es una ingenuidad ni una utopía inalcanzable. Es mucho lo que está en juego e inmenso el riesgo de seguir como si no hubiese consecuencias. Se sabe hacia dónde enrumbar y las múltiples opciones disponibles atendiendo la singularidad de diferentes culturas y situaciones. Las soluciones no surgen en cualquier contexto político sino en sociedades centradas en la equidad y la responsabilidad social y ambiental, nuevos ordenamientos que requieren de un poder capaz de conducir y sostener las transformaciones.

Hay mucho que cambiar en varias dimensiones.  En este texto destacamos ciertos espacios estratégicos: la base popular del sistema productivo, la apropiación del valor que la entera sociedad genera, el delictivo drenaje de recursos que no se interrumpe, la colonización de mentes y albedríos para manipular a indefensos, el desenlace sobre democracias que son capturadas y acciones para su liberación.   

La base popular del sistema productivo

Es enorme la denominada economía popular y negado el innegable potencial que anida en ella. Los dominadores y los albedríos colonizados consideran una carga a quienes conforman la economía popular. Ignoran u ocultan que esas inmensas poblaciones han sido arrinconadas en situaciones de pobreza y sobrevivencia no por casualidad sino por la rigurosa causalidad del proceso concentrador.

Si esas comunidades dispusiesen de los mismos factores de apoyo que detentan los grupos concentrados, muy distinta sería su calidad de vida y su capacidad de contribuir al desarrollo nacional. Con asistencia de excelencia en gestión, tecnología, identificación de oportunidades promisorias, contactos y financiamiento, igual a lo disponible para sectores de ingresos altos y medios, ese potencial podría materializarse. Hay formas de hacerlo como ser estableciendo no una sino varias y diversas desarrolladoras de emprendimientos productivos de base popular con el complemento de fideicomisos especializados en financiar y coinvertir en ellos.

No se trata de pequeños programas demostrativos, más bien de iniciativas con la envergadura para cubrir todo el territorio nacional. Hay mucho ya experimentado al respecto, falta un firme apoyo político para reconocer la alta prioridad estratégica de la economía popular.     

La apropiación del valor que la sociedad genera

La existencia de una enorme economía popular pauperizada es el esperable resultado del proceso concentrador de la riqueza y cómo los dominadores siempre imponen en su provecho las principales decisiones económicas; para los demás poco o nada. Se apropian de la riqueza que es generada por la entera sociedad a través de diversos mecanismos.

El proceso concentrador lleva a que los mercados sean controlados por grandes corporaciones oligopólicas, las denominadas empresas líderes de cadenas productivas. Esas empresas abusan del poder de mercado que detentan imponiendo, por un lado, precios abultados a quienes les compran sus productos (apropian recursos de sus consumidores) y, por otro lado, compensan con menores precios y duras condiciones comerciales a proveedores que conforman la cadena productiva que lideran (apropian recursos de proveedores limitando fuertemente su capacidad de crecer reteniendo lo que les es propio). Son inefectivas las regulaciones o los controles para evitar los abusos de poder de mercado, los dominadores cuidan que así sea, pero existen otras formas de contener la extorsiva apropiación. Para establecerlas es imprescindible contar con un poder político con la fuerza requerida para encarar a los oligopolios.

Otra forma de apropiación de valor se realiza a través del sistema tributario y la composición del gasto público. Los dominadores han logrado que la estructura tributaria sea regresiva, es decir, que proporcionalmente paguen más los que menos tienen y menos los acaudalados. De ahí que pesen fuerte los tributos sobre el consumo, pagan todos pero el consumo de sectores populares absorbe una proporción muchísimo más alta de sus ingresos que lo que el consumo representa para los sectores de altos ingresos. Un impuesto más equitativo es el que se aplica a las ganancias y otro aún más equitativo es el que grava los patrimonios (riqueza acumulada) que muy pocos países logran establecer. Las resistencias para transformar en progresiva una estructura tributaria es feroz, dejando consagrado que ciclo tras ciclo esta forma de apropiar valor se reproduzca permanentemente.

Del lado del gasto público sucede que una parte significativa se dedica a realizar obras públicas que favorecen a sectores acaudalados sin aplicar plenamente que paguen lo que corresponde como establece la normativa existente de contribución de mejoras. Además, existen subsidios no justificados para asegurar tasas de ganancia a grandes corporaciones (hay otros justificados de apoyo a sectores populares).  Las dos modalidades, no aplicación plena de la contribución de mejoras y los subsidios no justificados, hacen parte del flujo apropiador de valor.         

El delictivo drenaje de recursos que no se detiene

Una gran parte de las grandes empresas y los enormes patrimonios suelen incurrir en delitos tributarios. Cuentan con especialistas que les asisten para evadir y eludir impuestos con casi total impunidad. Son cifras enormes que se repiten ciclo tras ciclo, engrosando los mayores patrimonios mientras desfinancian al Estado en su capacidad de proveer la imprescindible infraestructura social y productiva. Para colmo, al fugar del país esos capitales mal habidos lo que resulta es la esterilización de buena parte del ahorro nacional que ya no está disponible para financiar la inversión social ni la productiva.

Un capítulo especial de los delitos tributarios se refiere a la evasión y elusión que realizan las mayores exportadoras que sub facturan sus ventas a subsidiarias localizadas en el exterior y los importadores que sobre facturan sus compras para apropiarse de divisas a precio oficial. No sólo ocultan ganancias, sino que les restan divisas a países que sufren de su escasez. Al delito tributario suman el delito cambiario.     

Ese robo de recursos y divisas al Estado y a la sociedad impacta duramente sobre el equilibrio de las cuentas públicas. Ya no cierran los ingresos con los gastos, ni tampoco la necesidad de divisas con su disponibilidad. Aparecen grandes déficit fiscales y serios estrangulamientos del sector externo (falta de divisas). En esas circunstancias, los responsables de delitos tributarios y cambiarios no asumen responsabilidad alguna e impulsan, por un lado, cerrar el déficit fiscal no contribuyendo con mínimos aportes de sus ingresos y abultados patrimonios como debiera ser, sino ajustando (es decir, reduciendo) los programas sociales y de promoción productiva. Inaudito, indignante pero cierto. Por otro lado, impulsan resolver la carencia de divisas que ayudaron a generar con una combinación de devaluaciones que castigan a las mayorías y dan paso a un demoledor sobre endeudamiento del país, herida que desangra por generaciones.  

Un gobierno con firme base popular y otra perspectiva sobre lo que sucede y sus causas puede revertir este desastre.

La colonización de mentes y albedríos

Para imponer intereses que son indefendibles abiertamente, los dominadores colonizan las mentes y albedríos de importantes segmentos poblacionales. Lo hacen controlando medios hegemónicos de comunicación, importantes sectores educativos, usinas de pensamiento estratégico que les dan cobertura ideológica y otros mecanismos que faciliten manipular la opinión pública. Con su accionar en tan diferentes frentes logran que sus víctimas terminen defendiendo a sus victimarios.

Los dominadores controlan además nódulos estratégicos del sistema judicial con lo que se garantizan impunidad por los actos delictivos que realizan.  

Las democracias capturadas y su liberación

El resultado de este proceso concentrador que arrincona y desvaloriza la base popular del sistema productivo, se apropia de valor que la entera sociedad genera, realiza un permanente delictivo drenaje de recursos, coloniza mentes y albedríos para manipular a muy importantes segmentos poblacionales, les posibilita capturar las democracias en las que operan.   

 Este enfoque permite identificar conjuntos de medidas orientadas a liberar las democracias capturadas que fueron explicitadas en el artículo Liberar las democracias capturadas y en el libro Democracias capturadas.

Queda explicitado que la perspectiva hegemónica impuesta por los dominadores es uno de los sustentos del proceso concentrador. Revertirla representa una condición necesaria, aunque no suficiente, para emerger del sometimiento.  Esta otra perspectiva arranca valorizando la base popular de nuestras sociedades y levantando aquello que la desmoviliza y la arrincona. No fue casual sino deliberado haberla priorizado desde un comienzo ya que es el anclaje desde donde se orienta y da sentido a todo el resto de complejas decisiones, algo fundamental que sirve de brújula cuando toca accionar en las diversas dimensiones que hacen a la construcción de un mejor rumbo y forma de funcionar.        

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