Daniel Wizenberg

Daniel Wizenberg

En la Argentina se debate el voto a los 16 años. Es decir, se discute si una persona de 16 o 17 es lo suficientemente adulta como para discernir quién representa mejor sus intereses. Sí, estamos evaluando si los adolescentes logran tener lo que muchos no tienen. Conciencia de clase, comprensión de la coyuntura y responsabilidad. ¿No estaremos siendo hipócritas? Los jóvenes, todo está dado para ello, tendrán el derecho a votar. La opción de hacerlo. Saben usar todo tipo de artefactos electrónicos, no son ningunos tontos y están en una etapa de tantos granos como de experimentación.

No está mal que experimenten la sensación de votar, de elegir, de pertenecer a un grupo de gente (el mágico mundo de los «adultos») y modificarlo con su falta de madurez. José Ingenieros decía que la juventud es por definición aurora nueva. Que esa aurora sea buena o mala dependerá de ellos, como también en definitiva el destino del mundo en el futuro cercano.

Un poco antes de lo previsto, nada más, tendrán que lograr entender para votar bien corrigiendo el vicio de mucha gente. Nadie aprecia tanto algo como después de no haberlo tenido.

Entender. Algo tan necesario a los 16 como urgente a los 70. Entender. Tener idea clara de las cosas. Saber con perfección algo. Conocer, penetrar. Discurrir, inferir, deducir. Creer, pensar, juzgar. Entender. Todo eso que queremos ayudarte a hacer en esta edición de Opinión Sur Joven. Septiembre 2012. Tengas o no 16.

Daniel Wizenberg