Paul Krugman y el Consenso de Washington

Entre los logros de Krugman en el campo del comercio internacional está la “política de comercio estratégico”. Krugman sostiene que los gobiernos deberían jugar un papel en conectar a los beneficiarios de la política de comercio estratégico con la economía en su conjunto. Los países en desarrollo a menudo necesitan un «gran impulso» («big push») de inversiones gubernamentales coordinadas para ayudar a las industrias estratégicas a despegar y vincularse a la economía en su conjunto. El problema es que el sistema comercial actual no encaja con estas cuestiones que están en la frontera del pensamiento económico. El sistema comercial mundial hace que sea mucho más difícil para las naciones elaborar políticas de comercio estratégico e industriales orientadas a lograr crecimiento y desarrollo.El New York Times citó al Banco Mundial afirmando que «no hay duda de que el Consenso de Washington está muerto”, de hecho «murió con el rescate financiero de 700.000 millones de dólares”. Si el rescate es la muerte, galardonar a Paul Krugman con el Premio Nobel de Economía es el golpe de gracia.

Paul Krugman no ganó el Nobel por sus famosas críticas a la política económica de la era Bush en su columna del New York Times, si bien la columna indudablemente contribuyó a promover su imagen fuera del mundo de la economía. El Comité Nobel citó los aportes teóricos de Krugman a la economía del comercio internacional, cuyas implicaciones en materia normativa se oponen abiertamente al Consenso de Washington (donde el mantra es practicar el libre comercio en cada oportunidad que se presente).

Entre los logros de Krugman en el campo del comercio internacional está la “política de comercio estratégico”. En este trabajo Krugman (y otros) demostraron que los aranceles y las subvenciones a las industrias internas de los países pueden hacer que las ganancias se desplacen de las empresas extranjeras altamente concentradas y aumenten la renta nacional. Si bien el mismo Krugman se muestra reticente a recetar esa política, el típico modelo de la teoría de comercio estratégico es el elegido por el gobierno brasileño para subsidiar e impulsar el desarrollo del fabricante de aeronaves Embraer.

Las teorías del libre comercio a las que adhiere el Consenso de Washington advertirían a Brasil acerca del alto costo de subsidiar. Para los librecambistas, Brasil debería centrarse en su ventaja en materia de productos agrícolas y olvidarse de ascender en la pirámide manufacturera. La teoría del comercio estratégico ayuda a explicar por qué Brasil estuvo dispuesto a apostar en el corto plazo para convertirse a largo plazo en uno de los mejores fabricantes de aeronaves. Forzaron la salida del mercado de empresas extranjeras y lograron abrir un nicho global para ellos mismos.

En una obra clásica, “Desarrollo, geografía y teoría económica”, Krugman planteó que el gobierno también debería jugar un papel en conectar a los beneficiarios de la política de comercio estratégico con el conjunto de la economía. Evocando la obra de economistas tales como Albert O. Hirschman y Paul Rosenstein Rodan, Krugman argumentó que los países en desarrollo a menudo necesitan un “gran impulso” (“big push”) de inversiones gubernamentales coordinadas para ayudar a industrias estratégicas a despegar y vincularse con la economía en su conjunto.

El problema es que el sistema comercial actual no encaja con estas cuestiones que están en la frontera del pensamiento económico. En un nuevo estudio publicado por el Pardee Center for the Study of Longer-Range Future de Boston University, la abogada especialista en temas comerciales Rachel Denae Thrasher y yo analizamos hasta qué punto los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los acuerdos comerciales de la Unión Europea y los acuerdos comerciales de los Estados Unidos han corroído la capacidad de una nación para desplegar políticas comerciales e industriales estratégicas que le permitan beneficiarse del proceso de globalización.

Comprobamos que el sistema internacional de comercio hace que sea mucho más difícil para las naciones elaborar políticas comerciales e industriales estratégicas orientadas a lograr crecimiento y desarrollo. De hecho, virtualmente todos los acuerdos comerciales consagran la idea del «trato nacional», según el cual una nación no puede dar a sus industrias internas un trato diferente del que dispensa a las extranjeras. Esto puede resultar razonable cuando las naciones ricas compiten entre sí, pero en un mundo en el que el 57,6 por ciento de la población vive con menos de 2,5 dólares diarios, la medida no puede ser uniforme para todos. Esta restricción se ve acentuada en las disposiciones relativas a inversión extranjera, propiedad intelectual y subsidios.

Sin embargo, resulta interesante constatar que hay más “espacio normativo” para la formulación de estrategias innovadoras de crecimiento en el marco de la OMC que en el de la mayoría de los acuerdos regionales de comercio, especialmente aquellos impulsados por los Estados Unidos. De hecho, vemos que los acuerdos comerciales que siguen el modelo estadounidense son los que restringen más severamente la capacidad de los países en desarrollo para desplegar tal política. Es interesante destacar que los acuerdos de la UE tienden a tener el mismo espacio normativo que los de la OMC.

No tiene sentido que el Banco Mundial y (de manera implícita) el Comité Nobel declaren la muerte del Consenso de Washington cuando los Estados Unidos están ahogando la capacidad de las naciones para aplicar políticas que ganan cada vez mayor legitimidad en la teoría y la práctica. Se percibe una atmósfera de cambio. Como sabemos, como consecuencia de la crisis financiera, los Estados Unidos han justificado –como nunca antes– una fuerte injerencia del gobierno en los asuntos económicos. Y de las dos campañas electorales, la del candidato Obama ha expresado preocupación por el rumbo de la política comercial de los Estados Unidos y se ha comprometido a repensarla. Tal vez estos acontecimientos permitan que resurja la política industrial y de comercio estratégico.

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Vínculos:

_ – [Krugman sobre la teoría de comercio estratégico->http://www.amazon.com/Strategic-Trade-Policy-International-Economics/dp/0262610450] _ – Donde digo que Krugman no impulsó una intervención del tipo brasileño, [consultar->http://www.amazon.co.uk/Pop-Internationalism-P-Krugman/dp/0262611333] _ – [Krugman acerca del “gran impulso” (“big push”)->http://www.amazon.com/Development-Geography-Economic-Theory-Lectures/dp/026261135X] _ – [Gallagher y Thrasher acerca de los acuerdos comerciales->http://www.bu.edu/pardee/publications/Pardee-Paper-002-Trade/index.shtml]

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